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LA VENTOSA: Ellos mismos, los antes nombrados, organizaban concursos...

Ellos mismos, los antes nombrados, organizaban concursos y premios, carreras de sacos, carreras de burros para coger una pelota de un barreño con agua, puesto en el suelo, carreras de bici para coger una cinta que pendía de una cuerda metiendo un palito por un pequeño orificio. Ataban una soga desde la ventana de la Tia Marialuisa hasta uno de los palos de la verbena, y colgaban de la soga pucheros de barro llenos de agua unos, de harina otros, con un billete de 5 duros otro, de aceite etc…y ponían al concursante debajo con los ojos cerrados y un garrote para romper los pucheros y obtener el premio, otro concurso consistía en coger con la boca y las manos en la espalda, una moneda pegada en la base de una sartén tiznada de hollín colgada de una cuerda, y la famosa cucaña bien engrasada con sebo, con el jamón en la punta.
Había concurso de pelota a mano en la fachada de la Iglesia, donde hombres que hoy tienen 80 años, saltaban como corzos jugando. Algunos le daban tan fuerte que la pelota llegaba hasta el Bar de Matías en la fachada de enfrente.
Pero el concurso estrella era aquel en el que dos hombres muy queridos por todos, y muy preparados para animar cualquier fiesta, Pedro Utanda, el Tío Pedrito, y Benito el Alguacil, se ponían en la bragueta un candil encendido uno, y un candil apagado el otro, y arrimándose haciendo mil contorsiones para no quemarse, intentaban encenderlo. Tendríais que haber visto las risas que aquello provocaba. Eran dos personas verdaderamente amantes de su pueblo. D. E. P.
También estaba el baile de la manzana, que consistía en que una pareja se colocara una manzana en la frente y bailaran sin que se le cayera. Este concurso era ideal para enamorados.
Hablando de enamorados, ¡! Cuantos matrimonios de hijos del pueblo se hicieron novios en aquellas fiestas y en las siguientes ¡Y es que no hay que hacer más que ver las fotos que hay en el bar de Bernardo, para darse cuenta de la cantidad de preciosas mozas y elegantes y trajeados mozos que había para elegir, y enamorarse. Pero lo mejor es comprobar cómo esos matrimonios de entonces, han inculcado a sus hijos desde pequeños el amor a su pueblo, y sin poder ni querer evitarlo han visto con alegría como el amor ha surgido de nuevo entre sus hijos ¡! Se han enamorado entre ellos, y ahora, y desde no hace muchos años, ese amor está dando su fruto en forma de preciosos nietos ¡Es muy hermoso ver el Eruelo en la hora del vermut lleno de carritos de bebé, niños con bicis, con balones, (nuestros nietos) cuidados por sus jóvenes y guapos padres (nuestros hijos), que no hace tanto eran Ellos los que estaban en los carritos.
En las fiestas de antes, la organización de los horarios difería bastante de los de hoy pues se pensaba más en la gente mayor, que eran y son, los que más pagaban a través de sus hijos y de ellos mismos, de manera que se trasnochaba pero menos. Había una bonita costumbre, y era que, cuando se salía de Misa, a la una más o menos, a una señal de alguien, los músicos, preparados en el escenario entonaban el primer pasodoble. Los acordes llegaban a la puerta de la iglesia de la que salían todos los asistentes con sus mejores galas, y se daban prisa para bailar su primer baile. Tocaban una hora, y a comer el cocido hecho con la mejor gallina del corral, y con albóndigas de pan y perejil, que nuestras esforzadas madres y abuelas habían puesto en la lumbre a las 7 de la mañana.
No os canso más amigos, os doy las gracias por haber escuchado mi humilde relato de las fiestas de antaño, y termino con lo siguiente:
Conocedor de las dificultades y responsabilidad que conlleva la organización de cualquier evento de esa índole, y más como este, que lleva implícita la obligación de manejo de dinero de todos, quiero hacer hincapié en mi agradecimiento a la Comisión de Festejos por su entrega a la Organización de los mismos, que les obliga a estar en guardia permanentemente durante estos días, para que los demás nos lo pasemos bien, sin más recompensa por su maravilloso altruismo y su inmenso trabajo, que nuestro reconocimiento.
Reconozcámoselo por tanto, y hagamos de estos días un ejemplo de Hermandad entre las gentes que nos visitan y todas las gentes de Villas de la Ventosa
¡! A DIVERTIRSE TODOS. MUCHAS GRACIAS ¡