Hola Foreros
Leyendo y releyendo escritos como los que manda nuestro amigo Juanito el M. (26-09-14) uno se transporta a su feliz niñez en nuestro pueblo, en el que me encuentro pasando el fin de semana. Ya sabéis, por eso de la cercanía con Madrid…
Esta mañana después de desayunar, recorrí andando parte de su campo disfrutando de una soleada mañana más calurosa de lo que sería normal par la estación otoñal. El cielo azul limpio de nubes, si acaso alguna como tela de araña transparente, los campos recién arados algunos, oreando su tierra para recibir la semilla el mes que viene, que nos deleitará la vista en primavera con su sano verdor, y otros con los restos del tronco de los girasoles recién recolectados, cuyas pipas están en los almacenes esperando el momento adecuado para ser vendidas. Las cepas con sus hojas cambiando de color verde a cobrizo, esperando que en cualquier momento aparezca su dueño con la tijera de podar, y corte los largor sarmientos que hace pocos días lucían los hermosos racimos que hoy después de prensados, mora su zumo en las centenarias tinajas de barro de nuestros bisabuelos. Los olivos con su fruto verdinegro sin mucha carga este año, y el aire, ese aire silencioso que no se ve, pero se respira con la sensación de respirar vida en cada inhalación, y que, en esta soleada mañana, se hace notar al pasar levemente entre las ramas de los olivos y carrascas.
A mi paso por las cuestas es casi imposible no rozarse con los tomillos, que sueltan al ser tocados un grato perfume que llevo grabado en mi memoria olfativa desde los tiempos que nombra Juanito, cuando por esas cuestas jugábamos a “matar” indios.
Mientras vuelvo a mi casa pienso en lo afortunado que soy, por muchas cosas, pero sobre todo con la salud que me permite corretear por estos campos, pues cuando se llega a cierta edad es cuando salen los “achaques” y me acuerdo de tanta gente que los sufre pacientemente después de haber rebasado los 60 años. Como nuestro forero Antolín del Foro de Cuevas que va a ser operado de la garganta, y desde aquí le deseo la mejor suerte y deseos de recuperación, o nuestro amigo Maestro y Forero Abaco también de Cuevas, al que sus piernas le andan dando avisos de su pereza y a veces se niegan a obedecerle. Siempre decimos “son cosas de la edad”, y así es, y así lo aceptamos, pero sin embargo no deja de ser una mala faena que vengan estos achaques cuando realmente puedes disfrutar de algo tan sencillo como un paseo por los campos que te vieron nacer y crecer, y poder enseñárselos a los nietos para que los puedan apreciar, querer y respetar como nosotros lo hacemos.
Cuando llego a mi casa, con calor casi veraniego, me pongo a preparar la comida que hoy va a ser compartida con mi cuñado, mi hermano y mi cuñada, y se compone de unas gachas con setas de cardo, níscalos a la plancha y filetes de lomo adobado. Todo un manjar que me ha sido proporcionado por mi hermano, y mi labor solamente ha sido cocinarlo. Un lujo de comida y un lujo de compañía. Pequeñas cosas que nos distraen de pensar en la podredumbre que se ha instalado en España.
Hace una tarde muy buena, y después de mandaros este saludo me quedaré sentado en mi terraza leyendo hasta que llegue el anochecer, y llegue la hora de mi partida hacia Cuenca, donde por cierto me trasladaré a vivir definitivamente con mi bellísima pareja en enero si Dios quiere, dejando Madrid después de 50 años de vivir allí. El hombre propone y Dios dispone.
Os mando un amistoso y cordial saludo que llega hasta las Antípodas, y con el deseo de mejoría para todos los “pachuchos” me despido hasta pronto.
Manuel.
Leyendo y releyendo escritos como los que manda nuestro amigo Juanito el M. (26-09-14) uno se transporta a su feliz niñez en nuestro pueblo, en el que me encuentro pasando el fin de semana. Ya sabéis, por eso de la cercanía con Madrid…
Esta mañana después de desayunar, recorrí andando parte de su campo disfrutando de una soleada mañana más calurosa de lo que sería normal par la estación otoñal. El cielo azul limpio de nubes, si acaso alguna como tela de araña transparente, los campos recién arados algunos, oreando su tierra para recibir la semilla el mes que viene, que nos deleitará la vista en primavera con su sano verdor, y otros con los restos del tronco de los girasoles recién recolectados, cuyas pipas están en los almacenes esperando el momento adecuado para ser vendidas. Las cepas con sus hojas cambiando de color verde a cobrizo, esperando que en cualquier momento aparezca su dueño con la tijera de podar, y corte los largor sarmientos que hace pocos días lucían los hermosos racimos que hoy después de prensados, mora su zumo en las centenarias tinajas de barro de nuestros bisabuelos. Los olivos con su fruto verdinegro sin mucha carga este año, y el aire, ese aire silencioso que no se ve, pero se respira con la sensación de respirar vida en cada inhalación, y que, en esta soleada mañana, se hace notar al pasar levemente entre las ramas de los olivos y carrascas.
A mi paso por las cuestas es casi imposible no rozarse con los tomillos, que sueltan al ser tocados un grato perfume que llevo grabado en mi memoria olfativa desde los tiempos que nombra Juanito, cuando por esas cuestas jugábamos a “matar” indios.
Mientras vuelvo a mi casa pienso en lo afortunado que soy, por muchas cosas, pero sobre todo con la salud que me permite corretear por estos campos, pues cuando se llega a cierta edad es cuando salen los “achaques” y me acuerdo de tanta gente que los sufre pacientemente después de haber rebasado los 60 años. Como nuestro forero Antolín del Foro de Cuevas que va a ser operado de la garganta, y desde aquí le deseo la mejor suerte y deseos de recuperación, o nuestro amigo Maestro y Forero Abaco también de Cuevas, al que sus piernas le andan dando avisos de su pereza y a veces se niegan a obedecerle. Siempre decimos “son cosas de la edad”, y así es, y así lo aceptamos, pero sin embargo no deja de ser una mala faena que vengan estos achaques cuando realmente puedes disfrutar de algo tan sencillo como un paseo por los campos que te vieron nacer y crecer, y poder enseñárselos a los nietos para que los puedan apreciar, querer y respetar como nosotros lo hacemos.
Cuando llego a mi casa, con calor casi veraniego, me pongo a preparar la comida que hoy va a ser compartida con mi cuñado, mi hermano y mi cuñada, y se compone de unas gachas con setas de cardo, níscalos a la plancha y filetes de lomo adobado. Todo un manjar que me ha sido proporcionado por mi hermano, y mi labor solamente ha sido cocinarlo. Un lujo de comida y un lujo de compañía. Pequeñas cosas que nos distraen de pensar en la podredumbre que se ha instalado en España.
Hace una tarde muy buena, y después de mandaros este saludo me quedaré sentado en mi terraza leyendo hasta que llegue el anochecer, y llegue la hora de mi partida hacia Cuenca, donde por cierto me trasladaré a vivir definitivamente con mi bellísima pareja en enero si Dios quiere, dejando Madrid después de 50 años de vivir allí. El hombre propone y Dios dispone.
Os mando un amistoso y cordial saludo que llega hasta las Antípodas, y con el deseo de mejoría para todos los “pachuchos” me despido hasta pronto.
Manuel.
Dichoso tú, amigo Manuel, que puedes "retozar"
por estos benditos campos de la Alcarria, y
gozar viendo los preciosos paisajes que la
Naturaleza nos ofrece. Yo, cargado de años y
reumas, me tengo que conformar con ir al Mira
dor del Castillo acompañado de mi garrota,
sentarme en el Banco del Olimpo, y contemplar
los hermosos atardeceres otoñales. ¡Que boni
tos son algunos!
Menos mal que la tensión, el colesterol y el
azúcar los tengo bastante bien, lo peor son
las rodillas, pero es propio de la edad, y hay
que asumirlo con paciencia.
Saludos para tod@s
ABACO
por estos benditos campos de la Alcarria, y
gozar viendo los preciosos paisajes que la
Naturaleza nos ofrece. Yo, cargado de años y
reumas, me tengo que conformar con ir al Mira
dor del Castillo acompañado de mi garrota,
sentarme en el Banco del Olimpo, y contemplar
los hermosos atardeceres otoñales. ¡Que boni
tos son algunos!
Menos mal que la tensión, el colesterol y el
azúcar los tengo bastante bien, lo peor son
las rodillas, pero es propio de la edad, y hay
que asumirlo con paciencia.
Saludos para tod@s
ABACO