Hola amigos/as del Foro
! Que tristeza se siente cuando alguien del pueblo nos deja para siempre!
Si es joven, porque sentimos impotencia pensando que a esa persona le quedaba mucha vida por delante, además de ver sufrir a sus familiares y amigos.
Si es mayor, pensamos que se cumplió el ciclo de la vida, y se hace patente nuestra conformidad, sin dejar de sentir su marcha.
En el caso que me ocupa, se nos fue un hombre mayor, bajito de estatura, pero muy grande en conocimientos del campo y la naturaleza, Julio Lorca, Juliete para los que le conocían, mi vecino.
Creo yo que el Sr Julio no maltrató nunca una planta, ni cortó un árbol, pues era un hombre que plantaba en pequeñas macetas los huesos de las frutas y los esquejes de los frutales, para cuando germinaran plantarlos en los zopeteros de los caminos y en las pendientes que dan al vallejo en mi barrio, sitio este por cierto en el que por su pendiente, corría peligro al plantarlos y después cuidarlos, pero ahí están sus almendros ya medianos, para dar fe del amor del Sr Julio por la naturaleza.
Pocos hombres así de respetuosos con el medio ambiente, y menos aun de mediana edad en los que, por lo general, cuentan mas unos pocos metros de terreno ganado para la siembra, que los almendros que cortaron para tener esos míseros metros. No me imagino a ninguno sembrando un hueso en una maceta... ni tan siquiera comprando la planta ya crecida para plantarla, y eso que han tenido en el pueblo al Maestro dispuesto a enseñarles.
En los últimos años, en los que las piernas le fallaban, lo hemos visto cómodamente sentado en un vehículo-silla con motor eléctrico, pasear por el pueblo, y visitar hasta donde podía el campo que tanto quiso, pero el ciclo de la vida, el inexorable ciclo, se ha pronunciado una vez mas en su persona y nos lo ha quitado.
Disfrutamos de El durante muchos años y de sus consejos, sentimos pena por su marcha pero no dolor porque lo recordaremos al pasar por cada almendro que plantó.
Yo deseo que su alma vuele cuando quiera por el inmenso campo de su pueblo, y disfrute desde el Cielo con las vistas que no pudo ver en los últimos años.
Descanse en Paz D. Julio Lorca. Para la Ventosa, Juliete.
Saludos cordiales para los foreros/as que llegan hasta las Antípodas.
Manuel.
! Que tristeza se siente cuando alguien del pueblo nos deja para siempre!
Si es joven, porque sentimos impotencia pensando que a esa persona le quedaba mucha vida por delante, además de ver sufrir a sus familiares y amigos.
Si es mayor, pensamos que se cumplió el ciclo de la vida, y se hace patente nuestra conformidad, sin dejar de sentir su marcha.
En el caso que me ocupa, se nos fue un hombre mayor, bajito de estatura, pero muy grande en conocimientos del campo y la naturaleza, Julio Lorca, Juliete para los que le conocían, mi vecino.
Creo yo que el Sr Julio no maltrató nunca una planta, ni cortó un árbol, pues era un hombre que plantaba en pequeñas macetas los huesos de las frutas y los esquejes de los frutales, para cuando germinaran plantarlos en los zopeteros de los caminos y en las pendientes que dan al vallejo en mi barrio, sitio este por cierto en el que por su pendiente, corría peligro al plantarlos y después cuidarlos, pero ahí están sus almendros ya medianos, para dar fe del amor del Sr Julio por la naturaleza.
Pocos hombres así de respetuosos con el medio ambiente, y menos aun de mediana edad en los que, por lo general, cuentan mas unos pocos metros de terreno ganado para la siembra, que los almendros que cortaron para tener esos míseros metros. No me imagino a ninguno sembrando un hueso en una maceta... ni tan siquiera comprando la planta ya crecida para plantarla, y eso que han tenido en el pueblo al Maestro dispuesto a enseñarles.
En los últimos años, en los que las piernas le fallaban, lo hemos visto cómodamente sentado en un vehículo-silla con motor eléctrico, pasear por el pueblo, y visitar hasta donde podía el campo que tanto quiso, pero el ciclo de la vida, el inexorable ciclo, se ha pronunciado una vez mas en su persona y nos lo ha quitado.
Disfrutamos de El durante muchos años y de sus consejos, sentimos pena por su marcha pero no dolor porque lo recordaremos al pasar por cada almendro que plantó.
Yo deseo que su alma vuele cuando quiera por el inmenso campo de su pueblo, y disfrute desde el Cielo con las vistas que no pudo ver en los últimos años.
Descanse en Paz D. Julio Lorca. Para la Ventosa, Juliete.
Saludos cordiales para los foreros/as que llegan hasta las Antípodas.
Manuel.