LA VENTOSA: En este momento parece imposible escapar de la dicotomía...

En este momento parece imposible escapar de la dicotomía "ser o no ser" de Podemos, estar a favor o en contra de esa formación, lo que vuelve al germen de este país, sí no estás conmigo estás contra mí; que anula los matices, las alternativas, el abanico de colores y posiciones; y nos devuelve otra vez al frentismo y a los bandos.
A mi entender Podemos, mejor dicho, los líderes de la formación, tienen un serio problema, más allá de mostrar o no programa, la experiencia política práctica o la credibilidad, acierto o verosimilitud de sus propuestas. El problema es la ausencia de respuestas a todas aquellas acusaciones que les sitúa como aliados del régimen venezolano, afirmaciones las cuales no han sido negadas y que cada día parecen más demostradas. Quizás sólo sea un pasado del que ahora reniegan, como creen unos, o quizás sea el destino al que quieren llevar a España como creen otros; pero lo cierto es que es necesario saber cuál es su posición actual ante esas acusaciones, con una respuesta sincera, clara y sin recovecos o dobleces.
Pero en el fondo hay algo más llamativo, y es que el efecto Podemos no es ni Monedero, ni Iglesias, ni otros altavoces. Ese efecto es la unión de miles, quizás millones de voces que a una han dicho basta. Basta de esta democracia para el pueblo pero sin el pueblo. El efecto es simple y llanamente una ilusión, la cual ha sido capitalizada por esa fuerza política.
Ahora bien esa ilusión no es patrimonio de Iglesias o Monedero, aunque su formación la haya abanderado, por lo que sí quieren seguir liderándola deben, en primer lugar abandonar toda idea sobre Venezuela y su pasado asesor chavista, porque es ese pasado terrible el que está haciendo que surja esa dicotomía y frentismo de conmigo o contra mi que antes hablaba. Y en segundo lugar pagar con la misma moneda que la casta a la que critican cualquier irregularidad que hayan cometido.
Si no abandonan todas esas ideas y pasados y no los repulsan totalmente no merecen abanderar esa ilusión de cambio, porque sólo harán mal a la gente que está por cambiar las cosas a mejor no a sistemas sectarios, claramente peores que el que ahora nos rige.
El cambio deseado es el de una paz social, igualdad y democracia donde el ciudadano esté en el centro de la política.