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Estimados, respetados y queridos amigos Foreros/as
El calendario fue desgranando lentamente los últimos días del mes de Junio con bastante calor, y amenaza de lluvia y tormenta.
El sol fue secando las flores y hierbas que adornaron para nuestro disfrute los caminos, costones y zopeteros, y el campo luce ahora el color dorado de la mies seca. Pero por poco tiempo, pues los labradores apenas iniciado este mes de Julio, han puesto a trabajar sus enormes cosechadoras que devoran la mies a sus paso, haciéndola pasar por las afiladas cuchillas de sus grandes bocas, separando el grano de la paja.
Es una buena cosecha la de este año, y en los grandes campos de cebada, al pasar el viento sobre ellos, se producen ondulaciones que asemejan olas en un dorado mar en calma.
En pocos días, la cosecha estará guardada en las grandes naves construidas en las eras, donde antaño se acumulaban día a día durante el mes de Julio, los haces de mies que los acarreadores transportaban con burros, mulas, carros y galeras desde los campos de la Ventosa, para durante el mes de Agosto, ser trillados pacientemente, aventados, y transportados en costales hasta las cámaras de las viviendas.
Si la cosecha era buena, había que ser muy diligentes, dándose prisa en la siega y la trilla, para haber terminado antes de la Fiesta del Cristo el día catorce de Septiembre. ¡! Dos meses y pico, para hacer lo mismo que hoy se hace en diez días! Y con enormes esfuerzos.
Pero volvamos al presente, en el que los girasoles se van haciendo notar, y su verde contrasta con el dorado de las cebadas y rastrojos, y andar por los campos de nuestro pueblo se convierte en un placer inigualable, tanto por el olor a mies recién cortada, como por el recuerdo de tiempos pasados, cuando nuestros mayores nos enseñaron a andar por las sendas y caminos, triste e inexplicablemente desaparecidos la mayoría de ellos.
Los majuelos lucen un envidiable verdor, y entre sus grandes hojas se asoman tímidamente las uvas con sus pequeños granos verdes ya formados, y en las higueras brotan los higos que poco a poco también van tomando forma. Las zarzas han perdido su pelusilla y su flor, dando lugar a las ricas moras, aun muy pequeñas, pero que nos hacen ver una buena cosecha.
Los cerezos están en su plenitud y se están cogiendo buenas cestas, sobre todo en los que están protegidos, porque ya se sabe que los tordos y otros pájaros, no entienden de propiedades y hacen uso de las ricas cerezas en cuanto maduran.
Hace mucho calor, y al salir de oír Misa, nos hemos resguardado en las sombras para saludarnos como siempre, preguntar por nuestros enfermos, por los nietos, por los que aun no habéis venido y por temas varios…después un vermut en el bar de Bernardo unos, y en el bar de la piscina otros.
En el bar de la piscina Municipal suena una canción de Fito. Son las doce de la mañana y van llegando jóvenes y guapos papás y mamás con sus preciosos niños que el año pasado iban en carrito, y este año, manguitos en cada brazo, no dudan en zambullirse en la piscina, inmunes al frío del agua, bajo la atenta mirada de sus papis y del socorrista.
En la barra del bar, dos paisanos charlan sobre el estado de sus huertos, mientras dan cumplida cuenta de sendos vermuts.
Lentamente van llegando familias de Barcelona, Cuenca, Madrid, Valencia etc, y entre el bullicio de los más jóvenes y los saludos de los mayores, la voz de Fito va quedando en un segundo plano.
La esperada apertura de la piscina fue el día primero del mes, con entrada gratis para todos, y un año más se decanta como la atracción más deseada del verano, pues muchos abuelos se quedan con los nietos, mientras los padres vuelven a las ciudades a trabajar, y la piscina es el lugar donde mejor se les controla a la vez que se divierten.
Las abuelas dejarán la piscina una hora antes, y se subirán a casa para hacer la comida de hijos y nietos, y después de comer, muchos papás partirán a sus trabajos y vendrán cada semana para estar con sus preciosos hijos, y padres. Es la ley de cada verano, carretera y más carretera, y rezando para que no les pase nada.
Bueno foreros/as, con el recuerdo puesto en cada uno de vosotros, os he puesto un poquito al día de cómo estamos por aquí, y me imagino que, sobre todo los que vivís en zonas de playa, disfrutaréis de las mismas acordándoos de vuestro pueblo.
Los que vivimos en Madrid y Cuenca, si no echamos pereza, nos presentamos en el pueblo como dicen los modernos, en un pis pas, y disfrutamos de lo anteriormente escrito.
A todos os mando un cordial saludo muy cordial, deseando buen verano para todos, y aparte de tener cuidado con las carreteras, que no se os olvide ser muy, pero que muy felices.
Hasta pronto.
Manuel
El calendario fue desgranando lentamente los últimos días del mes de Junio con bastante calor, y amenaza de lluvia y tormenta.
El sol fue secando las flores y hierbas que adornaron para nuestro disfrute los caminos, costones y zopeteros, y el campo luce ahora el color dorado de la mies seca. Pero por poco tiempo, pues los labradores apenas iniciado este mes de Julio, han puesto a trabajar sus enormes cosechadoras que devoran la mies a sus paso, haciéndola pasar por las afiladas cuchillas de sus grandes bocas, separando el grano de la paja.
Es una buena cosecha la de este año, y en los grandes campos de cebada, al pasar el viento sobre ellos, se producen ondulaciones que asemejan olas en un dorado mar en calma.
En pocos días, la cosecha estará guardada en las grandes naves construidas en las eras, donde antaño se acumulaban día a día durante el mes de Julio, los haces de mies que los acarreadores transportaban con burros, mulas, carros y galeras desde los campos de la Ventosa, para durante el mes de Agosto, ser trillados pacientemente, aventados, y transportados en costales hasta las cámaras de las viviendas.
Si la cosecha era buena, había que ser muy diligentes, dándose prisa en la siega y la trilla, para haber terminado antes de la Fiesta del Cristo el día catorce de Septiembre. ¡! Dos meses y pico, para hacer lo mismo que hoy se hace en diez días! Y con enormes esfuerzos.
Pero volvamos al presente, en el que los girasoles se van haciendo notar, y su verde contrasta con el dorado de las cebadas y rastrojos, y andar por los campos de nuestro pueblo se convierte en un placer inigualable, tanto por el olor a mies recién cortada, como por el recuerdo de tiempos pasados, cuando nuestros mayores nos enseñaron a andar por las sendas y caminos, triste e inexplicablemente desaparecidos la mayoría de ellos.
Los majuelos lucen un envidiable verdor, y entre sus grandes hojas se asoman tímidamente las uvas con sus pequeños granos verdes ya formados, y en las higueras brotan los higos que poco a poco también van tomando forma. Las zarzas han perdido su pelusilla y su flor, dando lugar a las ricas moras, aun muy pequeñas, pero que nos hacen ver una buena cosecha.
Los cerezos están en su plenitud y se están cogiendo buenas cestas, sobre todo en los que están protegidos, porque ya se sabe que los tordos y otros pájaros, no entienden de propiedades y hacen uso de las ricas cerezas en cuanto maduran.
Hace mucho calor, y al salir de oír Misa, nos hemos resguardado en las sombras para saludarnos como siempre, preguntar por nuestros enfermos, por los nietos, por los que aun no habéis venido y por temas varios…después un vermut en el bar de Bernardo unos, y en el bar de la piscina otros.
En el bar de la piscina Municipal suena una canción de Fito. Son las doce de la mañana y van llegando jóvenes y guapos papás y mamás con sus preciosos niños que el año pasado iban en carrito, y este año, manguitos en cada brazo, no dudan en zambullirse en la piscina, inmunes al frío del agua, bajo la atenta mirada de sus papis y del socorrista.
En la barra del bar, dos paisanos charlan sobre el estado de sus huertos, mientras dan cumplida cuenta de sendos vermuts.
Lentamente van llegando familias de Barcelona, Cuenca, Madrid, Valencia etc, y entre el bullicio de los más jóvenes y los saludos de los mayores, la voz de Fito va quedando en un segundo plano.
La esperada apertura de la piscina fue el día primero del mes, con entrada gratis para todos, y un año más se decanta como la atracción más deseada del verano, pues muchos abuelos se quedan con los nietos, mientras los padres vuelven a las ciudades a trabajar, y la piscina es el lugar donde mejor se les controla a la vez que se divierten.
Las abuelas dejarán la piscina una hora antes, y se subirán a casa para hacer la comida de hijos y nietos, y después de comer, muchos papás partirán a sus trabajos y vendrán cada semana para estar con sus preciosos hijos, y padres. Es la ley de cada verano, carretera y más carretera, y rezando para que no les pase nada.
Bueno foreros/as, con el recuerdo puesto en cada uno de vosotros, os he puesto un poquito al día de cómo estamos por aquí, y me imagino que, sobre todo los que vivís en zonas de playa, disfrutaréis de las mismas acordándoos de vuestro pueblo.
Los que vivimos en Madrid y Cuenca, si no echamos pereza, nos presentamos en el pueblo como dicen los modernos, en un pis pas, y disfrutamos de lo anteriormente escrito.
A todos os mando un cordial saludo muy cordial, deseando buen verano para todos, y aparte de tener cuidado con las carreteras, que no se os olvide ser muy, pero que muy felices.
Hasta pronto.
Manuel