Hola Manuel. Te envío mi más sentido pésame. Leo siempre estará en mi recuerdo, desde cuando muchachos correteábamos por las calles de pueblo, como cuando hemos coincidido en alguna de mis visitas y ella estaba al frente del Ayuntamiento siempre tan amable y cordial Saluda afectuosamente a los más cercanos, y ya sabes que ahora, más que nunca, puedes contar con mi fiel y sincera amistad. Juan (Juanito el Monaguillo)
Hola Juan. Hola amigos y amigas del Foro.
Pues sí, mi hermana, después de un mes y pico luchando en el hospital y UCI, no ha podido ganar la batalla a las enfermedades.
Han sido para Ella, en los últimos años, una serie de enfermedades, accidentes y entradas a quirófanos, que minaron su resistencia y acabaron en fatal desenlace.
Es de hacer notar su resistencia y resignación para aguantar tanto dolor, sin perder la sonrisa ni siquiera delante de los que sería normal hacerlo. Nosotros, su familia.
Pero así era Ella, una luchadora que cuando estaba en el pueblo, se alimentaba de la visión de los campos y el valle que se ven delante de su casa. El Cerro del Cominillo, el de las Palomas y el de las Cruces, le servían de acicate, y su ilusión era visitarlos aunque fuera en coche, y andar por Ellos.
No pudo ser, y ahora descansa en el otro lado del pueblo, y quiero pensar que disfruta de otras vistas del pueblo contrarias a su barrio, las del Calvario, Cañadilla, Fuente del Villar etc, pero igualmente queridas por Ella, que ante todo quería a su pueblo, y sufría viendo con impotencia la despoblación del mismo, a la que Ella sin quererlo, ha contribuido con su muerte.
La calle Alegría, poblada durante tantos años por los cuatro hermanos Sáiz Utanda, y sus familias, ha quedado huérfana de dos en tres años, y se nota mucho, y duele más.
Pero la vida sigue, y los dos que quedamos, nos levantaremos cada día creyendo oír su voz desde su puerta llamándonos para tomar café.
Descanse en Paz. Donde Ella quería. En su pueblo.
Gracias amigos por vuestras condolencias por este medio, como en el velatorio en Madrid y el entierro en nuestro querido pueblo, en el que nos honrasteis con vuestra masiva presencia.
Manuel.
Pues sí, mi hermana, después de un mes y pico luchando en el hospital y UCI, no ha podido ganar la batalla a las enfermedades.
Han sido para Ella, en los últimos años, una serie de enfermedades, accidentes y entradas a quirófanos, que minaron su resistencia y acabaron en fatal desenlace.
Es de hacer notar su resistencia y resignación para aguantar tanto dolor, sin perder la sonrisa ni siquiera delante de los que sería normal hacerlo. Nosotros, su familia.
Pero así era Ella, una luchadora que cuando estaba en el pueblo, se alimentaba de la visión de los campos y el valle que se ven delante de su casa. El Cerro del Cominillo, el de las Palomas y el de las Cruces, le servían de acicate, y su ilusión era visitarlos aunque fuera en coche, y andar por Ellos.
No pudo ser, y ahora descansa en el otro lado del pueblo, y quiero pensar que disfruta de otras vistas del pueblo contrarias a su barrio, las del Calvario, Cañadilla, Fuente del Villar etc, pero igualmente queridas por Ella, que ante todo quería a su pueblo, y sufría viendo con impotencia la despoblación del mismo, a la que Ella sin quererlo, ha contribuido con su muerte.
La calle Alegría, poblada durante tantos años por los cuatro hermanos Sáiz Utanda, y sus familias, ha quedado huérfana de dos en tres años, y se nota mucho, y duele más.
Pero la vida sigue, y los dos que quedamos, nos levantaremos cada día creyendo oír su voz desde su puerta llamándonos para tomar café.
Descanse en Paz. Donde Ella quería. En su pueblo.
Gracias amigos por vuestras condolencias por este medio, como en el velatorio en Madrid y el entierro en nuestro querido pueblo, en el que nos honrasteis con vuestra masiva presencia.
Manuel.