VISPERAS DEL CRISTO HACIA EL AÑO 59 EN LA VENTOSA
Chak, chak, chak...
El mozo que produce estos ruidos está subido a un olmo centenario en el paraje llamado La Casilla, y agarrado a una rama con una mano, hace que con sus golpes de hacha y hachuelo vayan cayendo cortadas al suelo las ramas del olmo.
Chak, chak, chak...
Otro mozo un par de olmos más adelante, consigue de igual manera la caída de otras ramas, y varios mozos más en tierra firme van amontonando fraccionadas a golpe de hachuelo las ramas que caen...
.- Eh, Isidoro - le dice un mozo de los de tierra al que está en el árbol - que les arreas a las ramas tan fuerte que paice questás enfadao, ¿te pasa algo?.
.- Odo, ¿qué me ha de pasar? No me pasa ná, pero me preocupo por que miá las horas que son y el Epifanio sin venir a cargar con la galera...
.- No te enpreocupes hombre, que se le habrá hecho larga la tarea, si es que entoavía no han terminao la trilla en casa de su amo... pero llegará.
.- Sí, llegará si no se le a cruzao alguna moza por la fuente de la Jijarra - apunta un tercero riéndose - porquesque no deja una viva...
.- Mira que sois mal pensaos, copón,! pos anda que se las gasta mal la Manuela, si le pilla diciéndole algo a alguna lo esuella ¡mirar, ya asoma por el collao - dice el mozo encaramado en el segundo olmo - y viene contento por lo que oigo...
.- "Yo le canto a Logroñooo-/ quen la Rioja nacíííí/ y en la ribera elEbrooo/ le cantoasííí..." - El mozo Epifanio, que ya asomaba por el collao montado en el pescante de una galera, tirada por dos mulas no era tal mozo, sino, que estaba casado con la Manuela, una guapa hembra de armas tomar, de genio fuerte y celosa, que controlaba a Epifanio más de lo que a Él le gustaba. Él, bajito y fuerte, Ella, alta y flamencona. Cuando discutían, salían chispas hasta que Epifanio cedía, pues no en vano estaba enamorado hasta las trancas de su jaquetona Manuela... aunque se le iban los ojos detrás de cualquier hembra.
.- Eh, alelaos, ¿quién decía que no llegaba?, que os conozco - saludó Epifanio.
.- No te des tantas ínfulas que mira qué hora es copón, ¿ande has estao? - le pregunta Isidro.
.- Ná, un mal entendío con mi Manuela, quetenío que solucionar de urgencia levantándole la enagua - contesto Epifanio en plan guasa - pero claro vusotros no entendís deso porque sois unos alicates entoavía... así que al tajo.
.- Huyyyyy, la enagua.- dice otro - ¿no será al revés, que te haiga bajao Ella los pantalones y te haiga dao unazotaina en el culo?
.-! Pobrecicos ¡- dice Isidoro -! hay que chorra ¡, a ver si este año en este Cristo os echáis novia tós, y os enteráis de lo que vale un peine...
.- Que se dice por ahí que nos habís terminao de trillar entoavía, ¿es verdá eso?
.-! Pos claro ques verdá ¡- contesta Epifanio - ¿cómo vamos a terminar?, si es imposible, a mi amo no le metes en la cocota que tié faena pa dos mozos y dos pares de mulas. Ha sío buen año, y yo solo, y El, que ayuda lo que puede, no damos abasto pató, y sevajunar la trilla con la vendimia y aún ni hemos preparao el atroje, y los cuévanos ni los hemos mirao. Vamos a coger la uvas pasás, pa la Noche Buena.
Entre broma y broma han cargado la galera de ramas, y es hora de regresar al pueblo todos juntos con alegría y buen humor.
En otra parte del campo del pueblo, en las riberas del río Guadamejud, un poco más abajo del Puente de la Virgen, otro grupo de mozos están segando carrizo verde.
Rassssss, rassssss, rassssss...
Rasssss, rasssss, rasssss...
Los tallos del carrizo son cortados por las afiladas hoces, que empuñan las hábiles manos de tres mozos acostumbrados a las tareas de la siega, mientras otros tres van amontonando en haces, que una vez atados cargan en una galera.
.- Ten cuidao Pedro - dice Pascual, uno de los que cargan a uno que siega - no te vayas a cortar con la hoz, que Tú ya no estás acostumbrao, quenmadrí no se siega...
Pedro, es un mozo que se fue a trabajar a Madrid hace dos años, de los primeros mozos que empezaron a emigrar de la Ventosa y otros pueblos a las capitales, buscando un porvenir mejor. En Madrid, trabaja en una obra, y aprovecha las vacaciones anuales de la empresa, para echar una mano a sus padres en el verano en las tareas del campo.
.- Odo Pascual,- contesta Pedro - tan pronto no mesaolvidao hombre, sólo llevo dos años fuera y como vengo a echar un mano en mi casa, pues no he perdío manejo.
.- ¿Y de chavalas por allí qué Pedro, habrá buen ganao nó - comentó un tercero.
Continúa en el siguiente:
Chak, chak, chak...
El mozo que produce estos ruidos está subido a un olmo centenario en el paraje llamado La Casilla, y agarrado a una rama con una mano, hace que con sus golpes de hacha y hachuelo vayan cayendo cortadas al suelo las ramas del olmo.
Chak, chak, chak...
Otro mozo un par de olmos más adelante, consigue de igual manera la caída de otras ramas, y varios mozos más en tierra firme van amontonando fraccionadas a golpe de hachuelo las ramas que caen...
.- Eh, Isidoro - le dice un mozo de los de tierra al que está en el árbol - que les arreas a las ramas tan fuerte que paice questás enfadao, ¿te pasa algo?.
.- Odo, ¿qué me ha de pasar? No me pasa ná, pero me preocupo por que miá las horas que son y el Epifanio sin venir a cargar con la galera...
.- No te enpreocupes hombre, que se le habrá hecho larga la tarea, si es que entoavía no han terminao la trilla en casa de su amo... pero llegará.
.- Sí, llegará si no se le a cruzao alguna moza por la fuente de la Jijarra - apunta un tercero riéndose - porquesque no deja una viva...
.- Mira que sois mal pensaos, copón,! pos anda que se las gasta mal la Manuela, si le pilla diciéndole algo a alguna lo esuella ¡mirar, ya asoma por el collao - dice el mozo encaramado en el segundo olmo - y viene contento por lo que oigo...
.- "Yo le canto a Logroñooo-/ quen la Rioja nacíííí/ y en la ribera elEbrooo/ le cantoasííí..." - El mozo Epifanio, que ya asomaba por el collao montado en el pescante de una galera, tirada por dos mulas no era tal mozo, sino, que estaba casado con la Manuela, una guapa hembra de armas tomar, de genio fuerte y celosa, que controlaba a Epifanio más de lo que a Él le gustaba. Él, bajito y fuerte, Ella, alta y flamencona. Cuando discutían, salían chispas hasta que Epifanio cedía, pues no en vano estaba enamorado hasta las trancas de su jaquetona Manuela... aunque se le iban los ojos detrás de cualquier hembra.
.- Eh, alelaos, ¿quién decía que no llegaba?, que os conozco - saludó Epifanio.
.- No te des tantas ínfulas que mira qué hora es copón, ¿ande has estao? - le pregunta Isidro.
.- Ná, un mal entendío con mi Manuela, quetenío que solucionar de urgencia levantándole la enagua - contesto Epifanio en plan guasa - pero claro vusotros no entendís deso porque sois unos alicates entoavía... así que al tajo.
.- Huyyyyy, la enagua.- dice otro - ¿no será al revés, que te haiga bajao Ella los pantalones y te haiga dao unazotaina en el culo?
.-! Pobrecicos ¡- dice Isidoro -! hay que chorra ¡, a ver si este año en este Cristo os echáis novia tós, y os enteráis de lo que vale un peine...
.- Que se dice por ahí que nos habís terminao de trillar entoavía, ¿es verdá eso?
.-! Pos claro ques verdá ¡- contesta Epifanio - ¿cómo vamos a terminar?, si es imposible, a mi amo no le metes en la cocota que tié faena pa dos mozos y dos pares de mulas. Ha sío buen año, y yo solo, y El, que ayuda lo que puede, no damos abasto pató, y sevajunar la trilla con la vendimia y aún ni hemos preparao el atroje, y los cuévanos ni los hemos mirao. Vamos a coger la uvas pasás, pa la Noche Buena.
Entre broma y broma han cargado la galera de ramas, y es hora de regresar al pueblo todos juntos con alegría y buen humor.
En otra parte del campo del pueblo, en las riberas del río Guadamejud, un poco más abajo del Puente de la Virgen, otro grupo de mozos están segando carrizo verde.
Rassssss, rassssss, rassssss...
Rasssss, rasssss, rasssss...
Los tallos del carrizo son cortados por las afiladas hoces, que empuñan las hábiles manos de tres mozos acostumbrados a las tareas de la siega, mientras otros tres van amontonando en haces, que una vez atados cargan en una galera.
.- Ten cuidao Pedro - dice Pascual, uno de los que cargan a uno que siega - no te vayas a cortar con la hoz, que Tú ya no estás acostumbrao, quenmadrí no se siega...
Pedro, es un mozo que se fue a trabajar a Madrid hace dos años, de los primeros mozos que empezaron a emigrar de la Ventosa y otros pueblos a las capitales, buscando un porvenir mejor. En Madrid, trabaja en una obra, y aprovecha las vacaciones anuales de la empresa, para echar una mano a sus padres en el verano en las tareas del campo.
.- Odo Pascual,- contesta Pedro - tan pronto no mesaolvidao hombre, sólo llevo dos años fuera y como vengo a echar un mano en mi casa, pues no he perdío manejo.
.- ¿Y de chavalas por allí qué Pedro, habrá buen ganao nó - comentó un tercero.
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