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LA VENTOSA: CUANDO EL RECUERDO TE BUSCA....

CUANDO EL RECUERDO TE BUSCA.
La Vendimia y el Abono, año 1961
En el pueblo hemos empezao a vendimiar.
Mi padre nos dijo a mi hermana y a mí, que mañana no podíamos ir a la escuela porque tenemos que ayudále a vendimiar, así que nos hemos levantao temprano, y en cuanto hemos almorzao unas gachas que ha hecho mi madre, que estaban más buenas que ná, mi padre ha cargao en los tres borricos dos cuévanos encá uno, y las alforjas con la comida, un botijo de agua y una bota de vino y nos hemos ido a los majuelos, y mi madre venía tamién con nosotros.
En seguida quemos llegao al majuelo y hemos dejao descargaos y ataos a los borricos, hemos cogío una cesta y una navaja ca uno, y poniéndonos en la cabecera de un lineo de cepas hemos empezao a cortar racimos de uvas blancas y negras, y al canasto toas juntas.
Hay que ir cogiéndolas con muchísmo cuidiao pos en algunas uvas hay avispas, aunque como es temprano, que acaba de salir el sol, entoavía están adormilás y se caen al suelo, pero dentro de una hora o así, cuando se despierten, como cojas una uva ande estén ellas te abrasan a picotazos,! vaya unos bichos malos ¡
Cuando están las cestas llenas vamos los cuatro a vaciálas en los cuévanos de mimbre, y yo como ya soy grande, que tengo diez años, voy a descargar mi cesta a la par de mis padres y mi hermana. (Bueno, mi madre de vez en cuando y sin que lo vea mi hermana que tié tres años más que yo, mecha en la cesta algún racimo pa llenala...)
Va haciendo calor según va entrando la mañana, aunque na que ver con el calor que hacía en el mes pasao que estábamos trillando en la era. Eso sí que era pasar calor, y endemás con el polvillo de la paja que te se metía por tos laos y picaba...! cagúenlá como picaba ¡
Mi padre no tiene reló, pero mira al sol y sabe qués mediodía, y entonces le dice a mi madre que prepare la comida, y mi madre se va al hato y saca de las alforjas dos merenderas de chapa. En una trae una tortilla grande que hizo esta mañana a la par que las gachas, y la otra viene llena de costillas fritas de la matanza del gorrino del año pasao.
Ella misma echa una lumbre entre dos líneos de cepas y las calienta en la merendera pa quitales la grasa, que luego mojaremos con el pan que hacella en el horno de la tahona del pueblo. Bueno, la masa la hace en casa, y layuda mi hermana, pero los panes los hace y cuece en el horno, y pa pagale al panadero, le da un pan por cada doce panes que hace.
Comemos los cuatro sentaos en el suelo.
Mi padre coge el pan grande y redondo, lo apoya en su pecho, y le hace con la navaja una cruz por detrás y nos dice mirándome amí:
.- Mira hijo, un hombre partiendo pan, se cortó él, y un árbol que había detrás.
Y yo, lo pienso y le digo convencío:
.- No puéser padre, pos si se cortó él, ya no pudo cortar el árbol.
Y me miran los tres y se ríen. Y no sé por qué, porque llevo razón.! Son más tontucios ¡
Cogemos un cacho de pan y encima ponemos un trozo de tortilla, y la vamos partiendo con las navajas que usamos pa cortar las uvas. Un trozo de tortilla a la boca con un trozo de pan, a así hasta que mi madre nos da una costilla caliente, pero antes ha mojao el pan en la pringue de la merendera, y otra vez a cortar con la navaja, pero esta vez un trozo de costilla con un buen cacho de pan... y después otra costilla. Y de postre comemos unas uvas especiales doradas, que dice mi padre que son de moscatel, y en este majuelo hay dos cepas, pero esa uva no la echamos en las cestas por que las cogemos y las llevamos a casa pa colgálas en una cuerda y comélas en Noche Buena.
Dice mi madre que ya quedan las costillas justas en la orza de barro hasta que llegue la matazón del gorrino que será entre Noche Buena y los Reyes.
En cuanto comemos nos ponemos al tajo otra vez, pos las tardes van siendo más cortas y queremos terminar este majuelo, pair a otro mañana, y así, un lineo y otro lineo y a manotazos con las avispas, terminamos y cargamos los cuévanos llenos de uva en los borricos questán bien descansáos, y andando pal pueblo...
Cuando llegamos, mi madre y mi hermana se van a casa pa preparar la cena, y mi padre y yo nos vamos a descargar la uva a la cueva ande se hace y se guarda el vino.
La cueva está hecha a mano, con pico y pala en piedra arenisca debajo de un cerro no mu grande, y hay que bajar tres escalones para llegar adonde están las tinajas y el jaraíz.
Dice mi padre que la cueva ya la tenía su padre, mi abuelo, y que su padre la heredó del suyo, mi bisabuelo así que a saber los años que tiene, y las personas que han pasao por ella...
Subimos los borricos y nosotros por una senda que nos lleva a lo alto de la cueva, y allí, después de descargar los cuévanos, mi padre levanta una losa redonda de piedra que tapa un abujero por el que puedo entrar yo, y después descarga la uva de los cuévanos por el abujero, y caen al jaraíz, ques un depósito redondo questá dentro de la cueva, hecho con cemento, con un desnivel hacia un abujero que da a otro depósito mucho más pequeño que se llama pileta.
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