Ya ves Gamero que el calor y el buen tiempo invitan a otras actividades y el nivel de entradas en el foro se resiente. Es normal. Cada año pasa lo mismo. Pero alguno habrá que nos acompañe en estos días. En el entretanto, me he permitido recopilar tus poesías (no vaya a ser que el ciber nos juegue una mala pasada).
Es una suerte para la mayoría de los que escribimos aquí, contar con un lugar, aldea o pueblo donde no es necesario planificar encuentros porque los encuentros se producen así, de forma espontánea, fortuita. Para los que estamos predestinados a vivir en la urbe, nuestras relaciones se planifican a golpe de agenda. Y qué difícil a veces cuadrar una fecha para compartir con los amigos unas horas. Sin embargo, un día cualquiera en el pueblo, te ofrece un plan que no habías previsto. Como el sábado pasado. Una nueva boda. Allí estábamos los no invitados apostados y apiñados en la escasa sombra que proyectaban las casas, a la espera de ver aparecer el desfile de color y elegancia al que algunos nativos o hijos de nativos de La Ventosa, han tenido a bien ofrecernos en los últimos meses (Ya llevamos 3 bodas).
Fíjate la Lorena... pero ¡qué guapa va!. Y ¿has visto al Borja ¿hay que ver qué muchacho, lo que ha cambiao (pa mejor) y ya con novia... Pero y la Loli? Uhhh qué mantilla tan rebién puesta... Loli.. guapa, que vas mu guapa... que mantilla tan rebien puesta chica... enhorabuena eh ¿. Pos anda que no hay juventud... y tos tan guapos, da gusto velos...
Y así transcurrieron unos minutos en los que, la tardanza en aparecer la novia (estrella indiscutible, la que más atención despierta y la que, por norma, debe hacerse esperar), apenas si se notó. Su figura menuda, adornada con un traje sencillo, resaltaba aún más una belleza cálida venida de otro continente. Y es que, incluso en nuestros pueblos, el paisaje social ha cambiado. Y es bueno que esto ocurra. Antes las mezclas venían, como muy lejos, del pueblo de al lado, o de la ciudad. Hoy, vamos más lejos o vienen de más lejos. Hoy es muy diferente a ayer. Como las propias bodas. Hoy, el color en la novia es blanco. Ayer, el color era el negro. Hoy, el público espera cerca de la iglesia. Ayer, se repartían y acompañaban en procesión a los novios. Hoy, el banquete se celebra en Cuenca. Ayer en la propia casa, que tenía que hacer acopio de sillas, fuentes, platos,... entre las vecinas, para poder atender a los invitados. Hoy, la ceremonia se celebra normalmente por la tarde y se concluye con una cena. Ayer, empezaba la fiesta por la mañana y se ofrecía comida y cena y hasta bollos con chocolate. Salvo aquellas bodas que se celebraban de madrugada, porque los novios se habían saltado por alto el mandamiento de llegar vírgenes al matrimonio y, había un tercer participante que no convenía que se notara (aunque todo el mundo lo supiera).
Feliz semana a tod@s.
Zoqueta
Es una suerte para la mayoría de los que escribimos aquí, contar con un lugar, aldea o pueblo donde no es necesario planificar encuentros porque los encuentros se producen así, de forma espontánea, fortuita. Para los que estamos predestinados a vivir en la urbe, nuestras relaciones se planifican a golpe de agenda. Y qué difícil a veces cuadrar una fecha para compartir con los amigos unas horas. Sin embargo, un día cualquiera en el pueblo, te ofrece un plan que no habías previsto. Como el sábado pasado. Una nueva boda. Allí estábamos los no invitados apostados y apiñados en la escasa sombra que proyectaban las casas, a la espera de ver aparecer el desfile de color y elegancia al que algunos nativos o hijos de nativos de La Ventosa, han tenido a bien ofrecernos en los últimos meses (Ya llevamos 3 bodas).
Fíjate la Lorena... pero ¡qué guapa va!. Y ¿has visto al Borja ¿hay que ver qué muchacho, lo que ha cambiao (pa mejor) y ya con novia... Pero y la Loli? Uhhh qué mantilla tan rebién puesta... Loli.. guapa, que vas mu guapa... que mantilla tan rebien puesta chica... enhorabuena eh ¿. Pos anda que no hay juventud... y tos tan guapos, da gusto velos...
Y así transcurrieron unos minutos en los que, la tardanza en aparecer la novia (estrella indiscutible, la que más atención despierta y la que, por norma, debe hacerse esperar), apenas si se notó. Su figura menuda, adornada con un traje sencillo, resaltaba aún más una belleza cálida venida de otro continente. Y es que, incluso en nuestros pueblos, el paisaje social ha cambiado. Y es bueno que esto ocurra. Antes las mezclas venían, como muy lejos, del pueblo de al lado, o de la ciudad. Hoy, vamos más lejos o vienen de más lejos. Hoy es muy diferente a ayer. Como las propias bodas. Hoy, el color en la novia es blanco. Ayer, el color era el negro. Hoy, el público espera cerca de la iglesia. Ayer, se repartían y acompañaban en procesión a los novios. Hoy, el banquete se celebra en Cuenca. Ayer en la propia casa, que tenía que hacer acopio de sillas, fuentes, platos,... entre las vecinas, para poder atender a los invitados. Hoy, la ceremonia se celebra normalmente por la tarde y se concluye con una cena. Ayer, empezaba la fiesta por la mañana y se ofrecía comida y cena y hasta bollos con chocolate. Salvo aquellas bodas que se celebraban de madrugada, porque los novios se habían saltado por alto el mandamiento de llegar vírgenes al matrimonio y, había un tercer participante que no convenía que se notara (aunque todo el mundo lo supiera).
Feliz semana a tod@s.
Zoqueta