A medida que avanza una discusión, retrocede la verdad
Bienaventurados los que no tienen nada que decir, y que resisten la tentación de decirlo.
Buen juicio y mucha plática pocas veces se juntan.
Ciertos discursos valen plata, ciertos silencios valen oro.
Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.
Desapruebo lo que dices, pero defendería hasta la muerte tu derecho de decirlo.
El objeto de toda discusión no debe ser el triunfo sino el progreso.
El hombre corriente habla sin actuar; el hombre honrado actúa sin hablar.
El que no sabe callar, no sabe hablar.
El que sabe hablar, sabe también cuándo.
Hablando es posible agradar a veces, pero escuchando se agrada siempre.
Los hombres locuaces, como la cotorra, por su continua charla, destruyen el placer de la conversación.
Mejor es callar y que sospechen de tu poca sabiduría que hablar y eliminar cualquier duda sobre ello.
No hables mal de nadie cuya carga no hayas llevado a cuestas.
Para saber hablar, tres cosas son precisas: saber pensar, saber escuchar y saber callar.
Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.
Todos los hombres que no tienen nada que decir hablan a gritos.
Quien pudiendo decir algo en diez palabras usa veinte, es capaz de cualquier otra mala acción.
Bienaventurados los que no tienen nada que decir, y que resisten la tentación de decirlo.
Buen juicio y mucha plática pocas veces se juntan.
Ciertos discursos valen plata, ciertos silencios valen oro.
Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.
Desapruebo lo que dices, pero defendería hasta la muerte tu derecho de decirlo.
El objeto de toda discusión no debe ser el triunfo sino el progreso.
El hombre corriente habla sin actuar; el hombre honrado actúa sin hablar.
El que no sabe callar, no sabe hablar.
El que sabe hablar, sabe también cuándo.
Hablando es posible agradar a veces, pero escuchando se agrada siempre.
Los hombres locuaces, como la cotorra, por su continua charla, destruyen el placer de la conversación.
Mejor es callar y que sospechen de tu poca sabiduría que hablar y eliminar cualquier duda sobre ello.
No hables mal de nadie cuya carga no hayas llevado a cuestas.
Para saber hablar, tres cosas son precisas: saber pensar, saber escuchar y saber callar.
Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.
Todos los hombres que no tienen nada que decir hablan a gritos.
Quien pudiendo decir algo en diez palabras usa veinte, es capaz de cualquier otra mala acción.