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***LA ACTUALIDAD QUE INTERESA A LOS MEDIOS***
Los que no vivimos, en las tres zonas que acaparan la información mediática nacional, (Madrid, Cataluña y el País Vasco), cada vez que escuchamos ó leemos el nombre de nuestra ciudad ó región, en un medio de ámbito nacional, nos da un vuelco el corazón, ya que sabemos que solo seremos noticia, si algo gordo, (terremoto, incendio asesinato ó inundación) se produce en nuestro entorno. No es que reclame nuestro derecho a ser noticia, es que hemos llegado a una situación como en la que escuche hace poco en una tertulia, “hay tres España y los demás somos, Teruel”, o sea, no existimos.
Ahora en la Mancha están disfrutando de sus 15 minutos de gloria, como decía Andy Warhol, a costa de las miserias de la vendimia; algo igual a lo que ocurre en Huelva cuando llega la campaña de la fresa: vienen los periodistas con ganas de escribir crónicas sobre la vendimia, como a aquellas que inspiraron a Estembeck /: Las uvas de la ira /” con la idea de describir una situación que guarda grandes paralelismos; agotadoras jornadas, ausencia de contratos, míseros salarios, poblados improvisados y familias enteras deambulando por nuestros caminos en busca de un salario digno.
Condiciones penosas que ya sufrieron en su día muchos de los temporeros hoy convertidos en propietarios.
Algunos ven en el cambio de estatus, la raíz de su reticencia a contratar, aplicando a la ocasión aquel refrán castellano que dice: “no sirvas quién sirvió, ni pidas a quien pidió”.
Mientras, nos encontramos con un panorama en el que las patronales agrarias pretenden que el gobierno mire hacia otro lado, para poder seguir contratando como toda la vida, o sea, sin demasiadas garantías laborales en la plaza del pueblo.
Alegan que los tramites son muy complejos (expedientes empresariales y fotocopias de los pasaportes de los extranjeros), Hablamos de organizaciones acostumbradas a tramitar subvenciones europeas.
En fin como decía el presidente de una de estas organizaciones, la uva no se va a quedar en el suelo.
Esperemos que tampoco queden por los suelos los derechos de tantos trabajadores que hacen posible la mayor vendimia del mundo.
Mediterráneo.
Los que no vivimos, en las tres zonas que acaparan la información mediática nacional, (Madrid, Cataluña y el País Vasco), cada vez que escuchamos ó leemos el nombre de nuestra ciudad ó región, en un medio de ámbito nacional, nos da un vuelco el corazón, ya que sabemos que solo seremos noticia, si algo gordo, (terremoto, incendio asesinato ó inundación) se produce en nuestro entorno. No es que reclame nuestro derecho a ser noticia, es que hemos llegado a una situación como en la que escuche hace poco en una tertulia, “hay tres España y los demás somos, Teruel”, o sea, no existimos.
Ahora en la Mancha están disfrutando de sus 15 minutos de gloria, como decía Andy Warhol, a costa de las miserias de la vendimia; algo igual a lo que ocurre en Huelva cuando llega la campaña de la fresa: vienen los periodistas con ganas de escribir crónicas sobre la vendimia, como a aquellas que inspiraron a Estembeck /: Las uvas de la ira /” con la idea de describir una situación que guarda grandes paralelismos; agotadoras jornadas, ausencia de contratos, míseros salarios, poblados improvisados y familias enteras deambulando por nuestros caminos en busca de un salario digno.
Condiciones penosas que ya sufrieron en su día muchos de los temporeros hoy convertidos en propietarios.
Algunos ven en el cambio de estatus, la raíz de su reticencia a contratar, aplicando a la ocasión aquel refrán castellano que dice: “no sirvas quién sirvió, ni pidas a quien pidió”.
Mientras, nos encontramos con un panorama en el que las patronales agrarias pretenden que el gobierno mire hacia otro lado, para poder seguir contratando como toda la vida, o sea, sin demasiadas garantías laborales en la plaza del pueblo.
Alegan que los tramites son muy complejos (expedientes empresariales y fotocopias de los pasaportes de los extranjeros), Hablamos de organizaciones acostumbradas a tramitar subvenciones europeas.
En fin como decía el presidente de una de estas organizaciones, la uva no se va a quedar en el suelo.
Esperemos que tampoco queden por los suelos los derechos de tantos trabajadores que hacen posible la mayor vendimia del mundo.
Mediterráneo.