El
casco antiguo de
Las Pedroñeras conserva claras e importantes muestras de la
arquitectura popular manchega y está considerado como el mejor de la comarca de La Mancha conquense.
-De singular relieve es el conjunto de la
plaza que ocupa el centro del casco urbano de Las Pedroñeras. Alrededor de ella, de forma regular y sensiblemente rectangular, se encuentran algunas de las edificaciones más significativas como el
Ayuntamiento, la
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción o la antigua Residencia de los Jesuitas.
-La hechura de sus
edificios delatan un carácter eminentemente agrícola:
casas palacio, casonas labriegas, posadas; edificios de grandes proporciones para las faenas de hombres y caballerias en el
campo y de paso como punto de comunicación
Madrid-Levante.
Además, la forja y la carpintería de estas construcciones es de una singular belleza tal y como queda patente en la riqueza de la rejería de algunas edificaciones o en otros ejemplos de magníficos portones.
La mayor parte de los edificios que se pueden contemplar diseminados por la población pertenecen a los siglos XVII y XVIII.
La
Casa Consistorial, del siglo XVIII.
La Casa de Mendizábal, del siglo XVII.
La Casa del Curato, este
edificio fue legado en 1702 a la iglesia por su entonces dueño.
La Casa Palacio de los Molina, del siglo XVIII, que tiene adosada la
Ermita del
Cristo.
La Casa de Los Ortega, situada en la
calle Cea Bermúdez.
Finalmente, cabe destacar al respecto de este tipo de edificaciones de interés varias Csas Solariegas de los siglos XVII, XVIII, XIX, como la Casa de la Condesa, la Csa Bosch y la Casa de los Zapata.
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, se encuentra en la Plaza de la Contitución. Se trata de una iglesia de estilo
gótico tardío-renacentista, construida en dos etapas: primero el cabecero y después el resto, que tiene tres naves de la misma altura, aunque la central es de doble ancho. El cabecero más bajo e independiente del resto, separado por un
arco apuntado de
piedra, se cubre por lacería
gótica. El resto del edificio se articula a través de cuatro grandes pilares exentos, iguales dos a dos, de sección circular y potente basamento de orden dórico. Al fondo, separado por arco de medio punto, el
coro y la
capilla bautismal, bajo la
torre, cubiertos ambos por
cúpulas de media naranja.
Del mismo siglo XVI es el edificio que fue antigua Residenca de Jesuitas, conserva la distribución primitiva de la
fachada principal, compuesta por un portón de medio punto, adovelado, y flanqueadopor
columnas y entablamentode orden corintio, rematado en sus extremos por pináculoscon
blasones reales; todo ello en estilo renacentista primitivo.
Es digna de mención también la Ermita de
San Julián, cuya construcción es anterior a la de la
parroquia, aproximadamente del siglo XV, a base de argamasa y sillarejo. Su interior es de una sola nave dividida en tres tramos por pilastras y formeros. Cuenta con un
altar en su cabezero del siglo XVIII. Al fondo, el coro sostenido por arco rebajado.
La Ermita del
Santo Sepulcro, levantada sobre cimientos en el suelo rocoso, está edificada con mampostería revocada y cal. El
portico de acceso a la ermitaprocede de la antigua iglesia del poblado del Robledillo, del siglo XVI, y de estilo gótico tardio.
Y la Ermita del Cristo, de los siglos XVII-XVIII. Adosada a la Casa-Palacio de los Molina, cuenta con una
portada lateral adintelada mediante arquitrabe sobre pilastras, rematada en extremos y centro por bolas. De estilo popular se trata de un espacio único.