Buenas tardes a todos los educados, (que no abundan, si no que se lo pregunten a los/as jueces) Esta mañana me he levantado yo pensando lo fácil que es acusar. Lo fácil que es acusar de robar, por ejemplo dinero. Lo fácil que es difamar. Lo difícil, claro, es demostrarlo. Lo difícil es poner encima del estrado y frente a una persona inteligente con más de cinco años de estudios las pruebas pertinentes. Lo difícil es comportarse en otro sitio que no sea la plaza del pueblo o el bar de turno. En un país en el que el inocente tiene que aportar pruebas y la acusación se limita a decir sandeces, la gente de bien tenemos la esperanza de que triunfen la educación, la inteligencia y las buenas maneras. Buen día.