Buenos días a todos los Hinojoseños de bien...
Hoy no voy a hablar de rumores, sino de hechos probados, de sentencias jurídicamente argumentadas a manos de una jueza eficiente que ha sabido bordar su trabajo: REPARTIR JUSTICIA.
Me siento enormemente feliz, y como yo, todos los Hinojoseños decentes, por haberse hecho una merecida sentencia.
No obstante, entre esa alegría se cuela de vez en cuando cierto desconsuelo al comprobar una vez más la imprudencia que les ha llevado a esa CARROÑA INEPTA a meter a dos personas de tanta calidad humana en este probado embuste, que tanto daño ha hecho gratuita e impunemente.
Pero haciendo incapié en esa alegría que siento por encima de todo, quería dar mi más cálida enhorabuena a Eugenio Bustos y Gregorio Ortiz, no sólo por su INCULPABILIDAD PROCESAL, sino por ser un claro ejemplo de entereza, fortaleza, integridad y aplomo. Adjetivos que no abundan en un pueblo tan lleno de contrastes entre sus gentes...
De modo que desde aquí me voy a tomar la libertad de aconsejarle a ese populacho, que de la misma manera que el agua no se puede mezclar con el aceite, la gentuza no tiene cabida entre la gente correcta y ejemplar.
Así que dejenlos en paz y dejen de hacerles pasar la vergüenza de verse mezclados con semejante chusma insurrecta...
Y termino de la misma manera que empecé: BUEN DIA SÓLO A LA GENTE DE BIEN.
Hoy no voy a hablar de rumores, sino de hechos probados, de sentencias jurídicamente argumentadas a manos de una jueza eficiente que ha sabido bordar su trabajo: REPARTIR JUSTICIA.
Me siento enormemente feliz, y como yo, todos los Hinojoseños decentes, por haberse hecho una merecida sentencia.
No obstante, entre esa alegría se cuela de vez en cuando cierto desconsuelo al comprobar una vez más la imprudencia que les ha llevado a esa CARROÑA INEPTA a meter a dos personas de tanta calidad humana en este probado embuste, que tanto daño ha hecho gratuita e impunemente.
Pero haciendo incapié en esa alegría que siento por encima de todo, quería dar mi más cálida enhorabuena a Eugenio Bustos y Gregorio Ortiz, no sólo por su INCULPABILIDAD PROCESAL, sino por ser un claro ejemplo de entereza, fortaleza, integridad y aplomo. Adjetivos que no abundan en un pueblo tan lleno de contrastes entre sus gentes...
De modo que desde aquí me voy a tomar la libertad de aconsejarle a ese populacho, que de la misma manera que el agua no se puede mezclar con el aceite, la gentuza no tiene cabida entre la gente correcta y ejemplar.
Así que dejenlos en paz y dejen de hacerles pasar la vergüenza de verse mezclados con semejante chusma insurrecta...
Y termino de la misma manera que empecé: BUEN DIA SÓLO A LA GENTE DE BIEN.