Sr. Laeducación, es usted un fascista, al igual que la Jueza esa melindrosa que no se atreve a condenar sin pruebas. ¿Qué mérito tiene condenar cuando hay pruebas? Mis clientes y yo somos gentes de progreso que no tenemos prejuicios en condenar como sea, haya pruebas o, como en este caso, todo dependa del embuste Lepantino, Chunguil, Luterino y Puntil (1).
Hoy, camaradas y amigos, es un gran día para la verdad de mis clientes. Con el sentimiento de la injusticia cometida, yo y mis clientes celebraremos la victoria, lloraremos por aquellos que deben abandonar sus casas y familias para ingresar en el penal. En estos días de júbilo, mis clientes se ofrecen para comprar las casas de esos reos condenados, sus tractores, sus... (que para eso han pedido un préstamo de 45 millones y no para pagar la deuda del vino con los catalanes, como dicen las malas lenguas).
Hemos ganado y perdido. Hemos perdido el juicio, pero hemos ganado la oportunidad de recurrir. Hemos ganado en juicios perdidos, no hay nadie que haya perdido más juicios que mis clientes y yo. Avanzamos en la vía correcta.
Hoy es un día grande, volvemos a nuestros chanchullos y facturillas millonarias que tendrán que pagar los socios alelados (incautos ellos). Un recurso que llenará mis bolsillos de algo más que satisfacción. Lástima que mi ilustre clienta, la sra. Chunga, no pueda estar presente (los años, la vejez, ya se sabe) y disfrutar de este nuevo éxito.
Hoy, camaradas y amigos, es un gran día para la verdad de mis clientes. Con el sentimiento de la injusticia cometida, yo y mis clientes celebraremos la victoria, lloraremos por aquellos que deben abandonar sus casas y familias para ingresar en el penal. En estos días de júbilo, mis clientes se ofrecen para comprar las casas de esos reos condenados, sus tractores, sus... (que para eso han pedido un préstamo de 45 millones y no para pagar la deuda del vino con los catalanes, como dicen las malas lenguas).
Hemos ganado y perdido. Hemos perdido el juicio, pero hemos ganado la oportunidad de recurrir. Hemos ganado en juicios perdidos, no hay nadie que haya perdido más juicios que mis clientes y yo. Avanzamos en la vía correcta.
Hoy es un día grande, volvemos a nuestros chanchullos y facturillas millonarias que tendrán que pagar los socios alelados (incautos ellos). Un recurso que llenará mis bolsillos de algo más que satisfacción. Lástima que mi ilustre clienta, la sra. Chunga, no pueda estar presente (los años, la vejez, ya se sabe) y disfrutar de este nuevo éxito.