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Chavez, Pinochet, Fidel, Mao, Stalin... Aaaahhh, qué grandes camaradas. Entre ellos no puede faltar nuestro adalid del socialismo avanzado, el doctor horroris causa, el magnífico Carnicero de Paracuellos, nuestro bien armado Santiago Carrillo.
Obsérvese el respeto democrático por las ideas de los demás que ya en 1934 plasmaba en su "Decálogo del jovén socialista":
"Punto 8. La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro en que el socialismo sólo puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto, sea bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente."
Impagable.
Obsérvese el respeto democrático por las ideas de los demás que ya en 1934 plasmaba en su "Decálogo del jovén socialista":
"Punto 8. La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro en que el socialismo sólo puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto, sea bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente."
Impagable.