28 de Abril de 2010, a las 8:57
Si Belén Esteban se presentase como candidata en unas elecciones, no me cabe duda alguna de que saldría elegida por aquella circunscripción en que lo hiciera.
Decía con acierto Pérez Reverte el otro día: “España debe ser el único país de Europa, o de por ahí cerca, donde para sentarse en las Cortes no hace falta tener ni un bachillerato”
Y vertía tan afirmación en relación a las disparatadas declaraciones del diputado por ICV Joan Herrera que solicitó el cambio de nombre de la base Alfonso XIII de Melilla porque, según él, con la nueva ley de memoria histórica “supone una exaltación franquista”.
Si la Esteban situaba el paleolítico en la Edad Media, este diputado, votado por el pueblo, confundía el tocino anterior a la segunda república con la velocidad post republicana. Un error de fechas criticable para alguien que representa a una parte del electorado. Pero un error que evidencia la incultura manifiesta de muchos de los conductores de este país.
La democracia, siendo el menos malo de los sistemas políticos, permite estas cosas y por ello debemos aceptarlas. Pero ello no significa que la aceptación sea borreguil y resignada como el carnero que enfila el matadero. Por el contrario la democracia permite opinar sobre ello.
No me imagino a un rebaño de ovejas guiando al pastor. No me imagino un aula escolar donde el alumno de seis años enseña a los profesores. No me quiero imaginar una sociedad donde los hijos menores de edad deciden todas las acciones a realizar por sus progenitores (A-B, B-A, A-A o B-B)
Pero esa, por desgracia, es la tendencia que paulatinamente vamos constatando.
Tenemos una sociedad libre y unos gobiernos democráticamente elegidos. Si bien la exaltación, cada vez mayor, de lo mediocre acaba por dibujar una sociedad mediocre.
En su inicio es hermoso y motivante ver como la libertad y la democracia nos permite optar a cualquier cosa, como hemos conseguido limar prebendas y privilegios. Como en algo mas de 30 años hemos conseguido una sociedad más libre e igualitaria. Diría incluso que mas justa.
Sin embargo, no perdamos el norte y reconozcamos que ese “todo vale” encierra vicios ocultos que con el tiempo terminan por asomar.
Somos país laico con sociedad laica. Somos justos con buena memoria histórica. Tendemos manos amigables a países no democráticos (a riesgo de que nos coman la mano), somos pro-islamistas, como somos pro-castristas, como somos pro-chavistas. Nos sentamos en la mesa con los americanos aunque el vino nos impida las mínimas reglas de cortesía. Presidimos los más importantes foros políticos europeos aunque con sensación de ser meras bellavistas. Podemos ya casarnos todos con todos y todas con todas, somos defensores de los animales y animales con los indefensos. Podemos opinar de lo que queramos siempre que seamos políticamente correctos.
Y todo eso lo hemos ganado con el sudor de nuestros votos libres.
Eso si, creo que nos hemos equivocado al elegir para gobernar nuestra economía a un grupo de indocumentados e incompetentes de igual modo que resultaría raro constituir como patio de recreo de un colegio de infantil a una tienda de figuras de porcelana. El resultado al cabo de un tiempo sería desastroso….. para las porcelanas.
“Cuando la pobreza entra por la puerta el amor salta por la ventana”
Cierto. Por eso, gobierno socialista, ya no te quiero.
el articulo anterior es el mas votado y está publicado por un economista en el blog del euribor, haciendo referencia claramente al gobierno nacional que no local. De todos es sabido que en los pueblos y sobre todo si son pequeños como el nuestro se vota a la persona, luego en función de la ideologia si es afin o no en la diputación se dan ayudas o no (como ocurre cuando una autonomia es de un color y un gobierno nacional es de otro).
Ahora querria hacer una pregunta a los foreros en relación con el articulo de arriba: claro que tambien habria que preguntarse si........ ¿en nuestro pueblo hay gente capacitada o no la hay para ser alcalde?. Quizas sea un problema de fondo,
que opinais paisanos.......
Si Belén Esteban se presentase como candidata en unas elecciones, no me cabe duda alguna de que saldría elegida por aquella circunscripción en que lo hiciera.
Decía con acierto Pérez Reverte el otro día: “España debe ser el único país de Europa, o de por ahí cerca, donde para sentarse en las Cortes no hace falta tener ni un bachillerato”
Y vertía tan afirmación en relación a las disparatadas declaraciones del diputado por ICV Joan Herrera que solicitó el cambio de nombre de la base Alfonso XIII de Melilla porque, según él, con la nueva ley de memoria histórica “supone una exaltación franquista”.
Si la Esteban situaba el paleolítico en la Edad Media, este diputado, votado por el pueblo, confundía el tocino anterior a la segunda república con la velocidad post republicana. Un error de fechas criticable para alguien que representa a una parte del electorado. Pero un error que evidencia la incultura manifiesta de muchos de los conductores de este país.
La democracia, siendo el menos malo de los sistemas políticos, permite estas cosas y por ello debemos aceptarlas. Pero ello no significa que la aceptación sea borreguil y resignada como el carnero que enfila el matadero. Por el contrario la democracia permite opinar sobre ello.
No me imagino a un rebaño de ovejas guiando al pastor. No me imagino un aula escolar donde el alumno de seis años enseña a los profesores. No me quiero imaginar una sociedad donde los hijos menores de edad deciden todas las acciones a realizar por sus progenitores (A-B, B-A, A-A o B-B)
Pero esa, por desgracia, es la tendencia que paulatinamente vamos constatando.
Tenemos una sociedad libre y unos gobiernos democráticamente elegidos. Si bien la exaltación, cada vez mayor, de lo mediocre acaba por dibujar una sociedad mediocre.
En su inicio es hermoso y motivante ver como la libertad y la democracia nos permite optar a cualquier cosa, como hemos conseguido limar prebendas y privilegios. Como en algo mas de 30 años hemos conseguido una sociedad más libre e igualitaria. Diría incluso que mas justa.
Sin embargo, no perdamos el norte y reconozcamos que ese “todo vale” encierra vicios ocultos que con el tiempo terminan por asomar.
Somos país laico con sociedad laica. Somos justos con buena memoria histórica. Tendemos manos amigables a países no democráticos (a riesgo de que nos coman la mano), somos pro-islamistas, como somos pro-castristas, como somos pro-chavistas. Nos sentamos en la mesa con los americanos aunque el vino nos impida las mínimas reglas de cortesía. Presidimos los más importantes foros políticos europeos aunque con sensación de ser meras bellavistas. Podemos ya casarnos todos con todos y todas con todas, somos defensores de los animales y animales con los indefensos. Podemos opinar de lo que queramos siempre que seamos políticamente correctos.
Y todo eso lo hemos ganado con el sudor de nuestros votos libres.
Eso si, creo que nos hemos equivocado al elegir para gobernar nuestra economía a un grupo de indocumentados e incompetentes de igual modo que resultaría raro constituir como patio de recreo de un colegio de infantil a una tienda de figuras de porcelana. El resultado al cabo de un tiempo sería desastroso….. para las porcelanas.
“Cuando la pobreza entra por la puerta el amor salta por la ventana”
Cierto. Por eso, gobierno socialista, ya no te quiero.
el articulo anterior es el mas votado y está publicado por un economista en el blog del euribor, haciendo referencia claramente al gobierno nacional que no local. De todos es sabido que en los pueblos y sobre todo si son pequeños como el nuestro se vota a la persona, luego en función de la ideologia si es afin o no en la diputación se dan ayudas o no (como ocurre cuando una autonomia es de un color y un gobierno nacional es de otro).
Ahora querria hacer una pregunta a los foreros en relación con el articulo de arriba: claro que tambien habria que preguntarse si........ ¿en nuestro pueblo hay gente capacitada o no la hay para ser alcalde?. Quizas sea un problema de fondo,
que opinais paisanos.......