Este es el decálogo del buen socialista que escribió el Santiago Carrillo, el Carnicero de Paracuellos. Hoy con Rugalcaba sigue de plena actualidad.
1. Los jóvenes socialistas deben acostumbrarse a las movilizaciones rápidas, formando militarmente de tres en fondo.
2. Cada nueve formarán la década, añadiéndole un jefe, que marchará al lado izquierdo.
3. Hay que saludar con el brazo en alto y el puño cerrado, que es un signo de hombría y virilidad. (Los socialistas somos muy machotes)
4. Es necesario manifestarse en todas partes, aprovechando todos los momentos. Manifestarse militarmente para que todas nuestras actuaciones lleven una atmósfera de miedo o de respeto.
5. Cada joven socialista, en el momento de la acción, debe considerarse el ombligo del mundo y obrar como si solamente de él depende la victoria.
6. Solamente debe ayudar a su compañero si éste ya no se basta por sí solo.
7. Ha de acostumbrarse a pensar que en los momentos revolucionarios la democracia interna en la organización en un estorbo. El jefe superior debe ser ciegamente obedecido, como asimismo el jefe de cada grupo. (Esto es una fórmula MUY SOCIALISTA.)
8. La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro es que el socialismo sólo puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto o bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente.
9. Cada día, un esfuerzo nuevo, en la creencia de que al día siguiente puede sonar la hora de la revolución.
10. Y sobre todo armarse. Como sea, donde sea y "por los procedimientos que sean". Armarse. Consigna: Ármate tú, arma si puedes al vecino, mientras desarmas a un enemigo.
1. Los jóvenes socialistas deben acostumbrarse a las movilizaciones rápidas, formando militarmente de tres en fondo.
2. Cada nueve formarán la década, añadiéndole un jefe, que marchará al lado izquierdo.
3. Hay que saludar con el brazo en alto y el puño cerrado, que es un signo de hombría y virilidad. (Los socialistas somos muy machotes)
4. Es necesario manifestarse en todas partes, aprovechando todos los momentos. Manifestarse militarmente para que todas nuestras actuaciones lleven una atmósfera de miedo o de respeto.
5. Cada joven socialista, en el momento de la acción, debe considerarse el ombligo del mundo y obrar como si solamente de él depende la victoria.
6. Solamente debe ayudar a su compañero si éste ya no se basta por sí solo.
7. Ha de acostumbrarse a pensar que en los momentos revolucionarios la democracia interna en la organización en un estorbo. El jefe superior debe ser ciegamente obedecido, como asimismo el jefe de cada grupo. (Esto es una fórmula MUY SOCIALISTA.)
8. La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro es que el socialismo sólo puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto o bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente.
9. Cada día, un esfuerzo nuevo, en la creencia de que al día siguiente puede sonar la hora de la revolución.
10. Y sobre todo armarse. Como sea, donde sea y "por los procedimientos que sean". Armarse. Consigna: Ármate tú, arma si puedes al vecino, mientras desarmas a un enemigo.