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Aquí hay algo que no casa; los empresarios (los mercados) dicen que debido a
que el consumo ha bajado de manera espectacular, no hay ventas, y como no hay
ventas, no hay beneficios, y como no hay beneficios, hay despidos y menos contratación, ¿ok?, vale, ahora viene la otra parte que choca.
El empresario (el mercado) quiere flexibilidad, el empresario quiere ahorrar costes, el empresario quiere aumentar el beneficio, el empresario quiere contratar, pero lo hace pagando el salario mínimo interprofesional o alargando la temporalidad con lo cual aquel trabajador que quiera embarcarse en una hipoteca, un coche, un ordenador, una cámara de fotos o simplemente ir a cenar a un restaurante dirá, mejor no gasto, mejor no consumo, mejor me quedo en casa hasta que me suban el sueldo y me hagan indefinido ¿y cual es la consecuencia?, que volvemos al punto de partida.
Por otra parte, los mercados (los empresarios) han exigido al gobierno, con el apoyo entusiasta del PP, que cambie la Constitución para limitar el déficit público, para así asegurarse el cobro de los sustanciosos intereses de sus préstamos al estado, ¿vale?, pero si aplicaran esa medida a los ciudadanos en general, nunca nadie podría endeudarse (hipotecarse) para comprar un piso, un coche, un ordenador, una cámara de fotos; entonces no habría consumo y volvemos de nuevo al punto de partida.
De nuevo la hipocresía rampante; que el estado no se endeude (si es preciso, que disminuya prestaciones sanitarias o educativas), no sea que no me pueda pagar mis intereses; pero que el ciudadano si se endeude (si es preciso, que se pague su propia sanidad y su educación), para que me pueda comprar lo que yo le venda. Es decir, todo para mi; todo para el empresario-mercado
Si esta es la solución, pues nos esperan muchos años de crisis.
que el consumo ha bajado de manera espectacular, no hay ventas, y como no hay
ventas, no hay beneficios, y como no hay beneficios, hay despidos y menos contratación, ¿ok?, vale, ahora viene la otra parte que choca.
El empresario (el mercado) quiere flexibilidad, el empresario quiere ahorrar costes, el empresario quiere aumentar el beneficio, el empresario quiere contratar, pero lo hace pagando el salario mínimo interprofesional o alargando la temporalidad con lo cual aquel trabajador que quiera embarcarse en una hipoteca, un coche, un ordenador, una cámara de fotos o simplemente ir a cenar a un restaurante dirá, mejor no gasto, mejor no consumo, mejor me quedo en casa hasta que me suban el sueldo y me hagan indefinido ¿y cual es la consecuencia?, que volvemos al punto de partida.
Por otra parte, los mercados (los empresarios) han exigido al gobierno, con el apoyo entusiasta del PP, que cambie la Constitución para limitar el déficit público, para así asegurarse el cobro de los sustanciosos intereses de sus préstamos al estado, ¿vale?, pero si aplicaran esa medida a los ciudadanos en general, nunca nadie podría endeudarse (hipotecarse) para comprar un piso, un coche, un ordenador, una cámara de fotos; entonces no habría consumo y volvemos de nuevo al punto de partida.
De nuevo la hipocresía rampante; que el estado no se endeude (si es preciso, que disminuya prestaciones sanitarias o educativas), no sea que no me pueda pagar mis intereses; pero que el ciudadano si se endeude (si es preciso, que se pague su propia sanidad y su educación), para que me pueda comprar lo que yo le venda. Es decir, todo para mi; todo para el empresario-mercado
Si esta es la solución, pues nos esperan muchos años de crisis.