La emoción me embargó al ver el gozo de los descendientes ideológicos de los iconoclatas en las funciones religiosas de las últimas fiestas patronales, pero la implacablde memoria se ha encargado de entibiarla. Veamos:
¿Ya no es la religión una forma de alineación mental, ni de opresión epiritual que gravita por doquiera sobre los hombres abrumados por el trabajo incesante en bien de otros, por la pobreza y la privación?
¿Ha dejado de ser la religión una especie de tóxico espiritual en el que los exclavos del capital ahogan su fisonomía humana y adormecen el anhelo de una existencia más decente?
¿Están en el error los que aseguran que la religión traduce el caos de la naturaleza y el caos de las relaciones sociales en un lenguaje de imágenes fantásticas?
¿Quiénes son los que afirman que la religión es una invencíón humana para consolar al hombre de los sufrimientos de este mundo y disminuir su capacidad revolucionaria para transformar la auténtica causa del sufrimiento?
¿Mienten quienes sostienen que la religión legitima la explotación económica y la opresión de una clase social sobre otra?
¿Faltan a la verdad los que aseveran que la feligión enseña resignación y paciencia en la vida terrenal a quienes trabajan y pasan necesidades,
consolándolos con la esperanza de recibir la recompensa en el cielo, y quienes viven del trabajo ajeno, les enseña caridad en la vida terrenal, ofreciéndoles una absolución muy barata de su existencia de explotadores, y vendiéndoles a precios módicos pasajes al bienestar celestial?
¿Dónde he leido que la religión es el opio de los pueblos?
Consecuentes con estos puntos doctrinales ¿Quiénes defienden y legislan a favor del aborto, del matrimonio entre personas del mismo sexo, el divorcio y otras zarandajas supuestamente progresistas, prácticas todas ellas contrarias a la ley natural y condenadas por la Iglesia?
No sé si estamos ante una manifiesta incoherencia o ante una estudiada estrategia
¿Ya no es la religión una forma de alineación mental, ni de opresión epiritual que gravita por doquiera sobre los hombres abrumados por el trabajo incesante en bien de otros, por la pobreza y la privación?
¿Ha dejado de ser la religión una especie de tóxico espiritual en el que los exclavos del capital ahogan su fisonomía humana y adormecen el anhelo de una existencia más decente?
¿Están en el error los que aseguran que la religión traduce el caos de la naturaleza y el caos de las relaciones sociales en un lenguaje de imágenes fantásticas?
¿Quiénes son los que afirman que la religión es una invencíón humana para consolar al hombre de los sufrimientos de este mundo y disminuir su capacidad revolucionaria para transformar la auténtica causa del sufrimiento?
¿Mienten quienes sostienen que la religión legitima la explotación económica y la opresión de una clase social sobre otra?
¿Faltan a la verdad los que aseveran que la feligión enseña resignación y paciencia en la vida terrenal a quienes trabajan y pasan necesidades,
consolándolos con la esperanza de recibir la recompensa en el cielo, y quienes viven del trabajo ajeno, les enseña caridad en la vida terrenal, ofreciéndoles una absolución muy barata de su existencia de explotadores, y vendiéndoles a precios módicos pasajes al bienestar celestial?
¿Dónde he leido que la religión es el opio de los pueblos?
Consecuentes con estos puntos doctrinales ¿Quiénes defienden y legislan a favor del aborto, del matrimonio entre personas del mismo sexo, el divorcio y otras zarandajas supuestamente progresistas, prácticas todas ellas contrarias a la ley natural y condenadas por la Iglesia?
No sé si estamos ante una manifiesta incoherencia o ante una estudiada estrategia
Vaya parrafada que nos has metido macho