Y entramos en una etapa oscura (1225-1231) en el Obispado de Cuenca, sin posibilidad de iluminarla por la ausencia total de documentos en su archivo catedralicio.
El segundo año del Pontificado del Papa Gregorio XI (1229) el asunto estaba sin resolver. El obispo don García desconfió siempre del tribunal de Burgos, hecho a la medida de don Rodrigo, y presidido por un gran amigo del Arzobispo, don Mauricio, obispo de Burgos. Don Rodrigo, tras la muerte de Honorio III, tal vez, de don Lope, insta en 1228 al nuevo Papa a que acelere la resolución de los límites de las dos diócesis y los derechos diocesanos sobre Moya. Y Gregorio IX nombra al obispo de Tarazona, García Frontín II, dándole plena autoridad.
El segundo año del Pontificado del Papa Gregorio XI (1229) el asunto estaba sin resolver. El obispo don García desconfió siempre del tribunal de Burgos, hecho a la medida de don Rodrigo, y presidido por un gran amigo del Arzobispo, don Mauricio, obispo de Burgos. Don Rodrigo, tras la muerte de Honorio III, tal vez, de don Lope, insta en 1228 al nuevo Papa a que acelere la resolución de los límites de las dos diócesis y los derechos diocesanos sobre Moya. Y Gregorio IX nombra al obispo de Tarazona, García Frontín II, dándole plena autoridad.