Después de más de 50 años, los habitantes de Enguídanos y Villora se vuelven a reencontrar en la Romería de la Virgen del Castil de Olivas; una tradición que se había perdido y que afortunadamente vuelve a retomarse.
El Castil de Olivas en término de Enguídanos, con sus cuchillos jurásicos, y la ermita en término de Villora, con sus pinturas barrocas y santuario de la Virgen del mismo nombre forman un conjunto sin par en los límites de ambas poblaciones.