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NARBONETA: No quiero hacer apología de la Guerra Civil. El que...

No quiero hacer apología de la Guerra Civil. El que más y el que menos tiene algún pariente (cercano o lejano) muerto en esta absurda Guerra o en la postguerra. Mi tío Juanito falleció en la misma defendiendo el Gobierno democráticamente establecido y otros fallecieron porque se encontraban simplemente en la zona ocupada por el que fuese el hoy reconocido Gran Dictador y fueron "obligados" a formar parte de esta guerra fraticida. Mi homenaje va para esas personas CIVILES o MILITARES que por sus ideas (democráticas) perecieron durante o posterior a la contienda y por aquellos que perdieron su vida a consecuencia de los desmanes de cualquiera de los dos bandos. Primero, porque estoy en contra de la pena de muerte (y el que esté a favor antes que se suicide que es lo mejor que puede hacer porque no tiene ningún derecho sobre la vida de los demás ni decidir sobre la misma).
El que olvida su pasado está condenado a repetirlo. Por lo que siempre lucharé es por la dignidad de tratar al ser humano por igual más allá de sus ideas (siempre que las mismas no lleven a la destrucción del ser humano). Y estoy un poco "hartito" de que no se quieran destapar fosas comunes, de que los que estuvieron en el bando republicano (sí, España era una República elegida por el Pueblo, mandada por gobiernos de DERECHAS y de IZQUIERDAS), y sin embargo los que murieron en el mal llamado bando NACIONAL estén humanamente enterrados e incluso beatificados.
Este nacional habría de escribirse con Z, porque nacional realmente lo fue el bando del Gobierno español (que por entonces era republicano como podía haber sido de otro modo pero representaba al pueblo español).
Tendrán que pasar generaciones para que nadie se sienta identificado. Nadie somos quien para juzgar pero sí para esclarecer los hechos y ser partícipes de la realidad.
El orgullo español es lo que es y es evidente que aún quedan muchos hijos de los unos y de los otros. Pero quien aún defiende las consecuencias del Franquismo y sus afines (guerra civil o postguerra: Dictadura), o es un ignorante, o es antidemócrata, o es un germen que habría que apartar de esta sociedad. El hecho de haber sido hijo de uno o de otro no justifica la defensa de ideas que estén en contra del Pueblo o de su derecho a la vida. Y no vamos a juzgar ahora a nadie por lo que pasó: hemos de considerarlo un error que no debiera jamás repetirse. Pero para enmendar un error lo primero es reconocerlo.
Afortunadamente, a partir de la instauración de la Democracia, el esclarecimiento de los hechos ha ido poniendo cada cosa en su sitio. La Historia por sí misma se encarga de juzgar estos hechos. Y para quien no esté de acuerdo que piense que la España democrática pasó pagina, pero pasó pagina para no juzgar los delitos cometidos (sí, delitos), pero nunca para olvidar su Historia. De esto es lo que tenemos que enorgullecernos los españoles demócratas: de no actuar como ellos una vez acabada la Guerra Incivil provocada por militares insurrectos al Gobierno democráticamente establecido.
Mi homenaje va para aquellos que perecieron por sus ideas y que con su eliminación creyeron que podían eliminas un derecho constitucionalmente establecido: LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN.
Dejemos que los muertos descansen y los vivos vivamos en paz.