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NARBONETA: "EL CORRESPONSAL"...

"EL CORRESPONSAL"

Escrito por Dirección on Jueves, 29 de Abril de 2010 16:06

De hecho, la memoria de quienes recuerdan la vida en blanco y negro tiene una parte de su banda sonora compuesta por los acordes de este instrumento. La obra cuenta además con un ensayo monográfico sobre el acordeón a cargo de Ángel Luis Castaño, catedrático del Conservatorio de Zaragoza.

Dedicado a todos aquellos que con su música llevaron la alegría a los pueblos de España, la obra ‘250 acordeonistas de Castilla-La Mancha’ ve la luz después de cuatro años de intenso trabajo por parte de Julio Jiménez Gil para recopilar textos e imágenes consideradas como verdaderos tesoros familiares.

El resultado final es un libro de 445 páginas y más de 500 fotografías, que ha sido editado por el servicio de publicaciones de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, considerado como una pieza de lectura obligada para quienes quieran saber cómo aparece el acordeón y la evolución de este instrumento.
Con la publicación de esta obra, su autor considera que se cumple una deuda histórica al “recuperar la memoria de personas y lugares que había que sacar a la luz”. Un volumen que recoge “retazos de sus vidas”, apuntó Julio Jiménez en el acto de presentación del libro, celebrado en el marco de la Feria del Libro, la Lectura y las Industrias Culturales que acoge estos días el Recinto Ferial de ‘La Hípica’ de Cuenca.

Los acordeonistas fueron personas “necesarias, queridas y admiradas por todos”, en una época que no se caracterizaba precisamente por la abundancia, al coincidir con el período en el que España salía de la postguerra. Sin embargo, muchos niños se iniciaron en el estudio del acordeón, compaginando la música con los trabajos agrícolas en el campo.

Las alpargatas de esparto y los sombreros de paja eran en las zonas rurales de nuestra región compañeros inseparables de este peculiar instrumento contemporáneo, considerado por los franceses como “el piano del pobre”, que sonó por primera vez en centroeuropa para convertirse en un elemento identificativo de la fiesta y la alegría en pueblos de todo el mundo.

La memoria de quienes recuerdan la vida en blanco y negro tiene una parte de su banda sonora compuesta por los acordes de este instrumento. Por ello, Julio Jiménez Gil pretende con esta obra “que nadie se olvide de los acordeonistas de Castilla-La Mancha” y que muchas personas puedan hoy “vivir una nueva ilusión” al ver publicada su historia en este libro.

La obra cuenta además con un ensayo monográfico sobre el acordeón a cargo de Ángel Luis Castaño, catedrático del Conservatorio de Zaragoza y entusiasta estudioso del acordeón, y en el que se muestra convencido de que “las personas hacen la historia de los instrumentos”.

El delegado de la Junta en Cuenca, Ángel Valiente, que no quiso faltar a la presentación de este libro, destacó que la música forma parte de la cultura y de las señas de identidad de nuestros pueblos. En este punto, consideró a los acordeonistas de nuestra región como “pieza clave para la transmisión cultural”.