NARBONETA: SAN MIGUEL ...

SAN MIGUEL
UN SANTO QUE MARCA EL CALENDARIO FESTIVO, AGRÍCOLA Y GANADERO.
CURIOSIDADES ETNOLÓGICAS E HISTÓRICAS DE LA DEVOCIÓN A SAN MIGUEL EN SALVACAÑETE Y EN LAS TIERRAS DE MOYA
Mariano López Marín - 26 de Septiembre de 2010

Desde la Edad Media la vida agrícola, ganadera y festiva de Salvacañete y de todos los pueblos de nuestra comarca ha estado marcada por el santoral. Los santos y las celebraciones festivas siempre han sido referencia para los trabajos del campo, las labores del hogar y la ganadería.

El calendario del campesino medieval era el de las fiestas eclesiásticas que se tomaban como referencia. Los dos momentos más importantes del año, la entrada del verano y del invierno venían indicadas por las fiestas del San Juan Bautista y San Juan Evangelista.

En Salvacañete además marcaba el calendario las fiestas de sus patronos en el siglo XVI: San Sebastián el 20 de enero, Santa Ana el 26 de julio y la Virgen de Valdeoña el 8 de septiembre. Se decía siempre por San Sebastián, par Santa Ana, por San Lorenzo, por San Martín, por San Miguel o por San Andrés cuando se empezaban a matar los cerdos. “ Por San Andrés mata tu res grande, pequeña o como es”. San Sebastián tenía ermita en Salvacañete y es un santo muy venerado en esta comarca. En el Cubillo, en Campillos de Paravientos y en otros pueblos, Y era un santo con advocación en toda la Edad Media porque se le considera “ el abogado y protector contra la peste”, epidemia que azotó fuertemente toda España y nuestra comarca a partir de 1358. Como no se podía curar las gentes invocaban a los santos con rogativas, misas y levantando ermitas en su honor.

En Salvacañete había una ermita con la advocación a S. Sebastián y así se hace constar en los libros de visitas de obispos del siglo XVI. Este santo era el patrón de Salvacañete en el siglo XVIII según parece reflejado en algunos censos. Su ermita debió levantarse en Salvacañete extramuros de lo que era el pueblo entonces en el siglo XV o XVI. Los libros de visitas de obispos y otros documentos del siglo XVI nos hablan de la existencia de cuatro ermitas en Salvacañete, la de San Sebastián, la de Santa Ana, la de la Santa Cruz y la de la Virgen de Valdeoña No he podido localizar el emplazamiento de la de San Sebastián. La de Santa Ana estuvo en lo alto del pueblo en el paraje del mismo nombre. La de la Santa Cruz, en el centro del pueblo, en el lugar conocido como La Cruz y la de Valdeoña donde ha estado siempre desde que se construyó en la época de la aparición de la virgen, “entre El Ventorro y el Molino, al pie de la Coronilla” y junto al río Cabriel y a escasos metros de la carretera de Salvacañete a Albarracín y de la nacional 420 Cuenca - Teruel.

Hay un santo, San Miguel, que es venerado en toda la comarca y que está muy unido desde hace siglos a la vida agrícola y ganadera. Su fiesta es el 29 de septiembre. El arcángel San Miguel, cuyo nombre en hebreo Michael, es nombrado hasta en 5 pasajes distintos de la Biblia. San Miguel es el arcángel defensor de la iglesia, el conductor de los muertos y el que habrá de pesar las almas el día del juicio final. Además está considerado un santo caballeresco y militar, al estilo de San Jorge, aunque el arcángel asume, además el papel de centinela, lo cual explica que sus santuarios estén colocados en la cumbre de un monte, o que su imagen sea frecuentemente venerada en hornacinas dispuestas en puntos elevados de las iglesias (preferentemente en el nártex o en el campanario). Sus armas son la lanza, la espada llameante y el escudo. En Moya había una iglesia dedicada a San Miguel, donde actualmente está su cementerio.

La vida agrícola de Salvacañete y de las Tierras de Moya estaba marcada, entre otros santos por San Miguel. Ese día cambiaban los pastores de amo si no les interesaba seguir con el anterior. En San Miguel se pagaban las rentas de las tierras, a los dueños y en otros tiempos los diezmos a la iglesia. En el siglo XVIII se redimían parte de los censos, pagando en San Miguel parte de lo que se debía al dueño del censo, la iglesia, algún convento u orden religiosa o algún particular. Los que trabajaban de “mozos” con otros para labrar las tierras o realizar faenas en el campo también solían cambiar de amo en esa fecha, si no querían seguir con el mismo. Por San Miguel era época de siembra de trigo cuando se sembraban especies de ciclo largo. También San Miguel se recogían manzanas de nuestra vega y patatas. En Salvacañete los ganaderos tenían permitido entrar a la vega, con pequeños rebaños, por esas fechas para “comerse los rizales ”, “ comerse las patatas ” o “pastar en un alfalfe viejo ”. Lo podían hacer en sus propios pedazos o en los de otros si se los dejaban. San Miguel también era época de recogida de leña para el invierno y de recogida de setas de cardo y hongos.

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Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
En ganadería lanar San Miguel marcaba la paridera de las ovejas, antes de marcharse al reino a finales de octubre, antes de todos los santos. Si la “Sanmiguelá” era buena, con abundante hierba y buena temperatura los rebaños partirían más tarde hacia el reino a través de las veredas. Salvacañete y todos los lugares que como él formaron las Tierras de Moya y el antiguo Marquesado de Moya era tierra de trashumancia en invierno y de vuelta de la misma en primavera. Durante siglos ha habido un ir i venir ... (ver texto completo)