¿tienes una pastelería?

NARBONETA: Pues Susi... todos estos años que te las has perdido....

Pues Susi... todos estos años que te las has perdido. El paraje de las Chorreras se lo debemos al Río Cabriel, a los desniveles montañosos y a la naturaleza de los terrenos que ha ido horadando a lo largo de unos pocos millones de años. Si no fuera por la caliza que se encontró a su paso no serían lo que son. Esto añadido al paso de pinadas enteras hacia el Júcar.
Allí se quedó un ganchero atrapado en la Cueva que hay en su parte media (conocida por los de Víllora como el Orón) y surgió el dicho: "Adiós Salto, adiós Chorreras, no volveréis más a ver a Pelacho por estas tierras".
Hasta el año 79 este lugar estaba destinado prácticamente a los habitantes de "el Salto". Dos chavalines, Juanito y el aquí presente tuvieron la osadía de redescubrirlas. Descalzos y con un simple bañador se hicieron todo el recorrido desde abajo hasta la presa de Víllora (por la Cueva y las Cascadas). No te digo cuál fue nuestra impresión. Durante los Ochenta era nuestro paraíso escondido y casi nuestro secreto. Nos llevabamos a nuestros amigos... y amigas. Allí no iba prácticamente nadie. El "no se lo cuentes a nadie" pasó a ya lo saben demasiados. De ir amantes de estos parajes a ir cualquier desaprensivo. No podría concretar cuántas acampadas he realizado en estos parajes. Sin saberlo estabamos descubriendo al resto del mundo este paraje que los del pueblo no querían ni nombrar por considerarlo peligroso ante las "sueltas" de agua. Yo mismo me quedé en un ejercicio de irresponsabilidad toda una noche aislado acampado entre la cascada de arriba (la que hay junto a la cueva) y el lago que junto a la cueva existe. No había manera de salir de allí.
Podría contar muchas anécdotas de este lugar. Y de cómo redescubrí las Chorreras de arriba. En éstas (que actualmente se inicia el "rafting", acampabamos y teníamos nuestro "yacusi" particular. Podías estar una semana sin que nadie apareciese (sobre todo los meses de junio y julio). Nadie. Te estoy hablando de hace tan sólo 12 años.
Y hoy son lo que son. Parece ser que el Ayuntamiento se tuviese que mover para el reconocimiento de este maravilloso paisaje (incomparable) por parte de Castilla-la Mancha. Ahora sólo queda dotarlo de protección. Y ésto sólo se puede conseguir limitando su visita, cooperando con Víllora y realizando un lugar para esparcimiento con merenderos y prohibiendo la comida en el paraje. Todos los años hay que recoger y recoger kilos y kilos de basura que sus visitantes nos dejan como legado de su paso. Los cerdos son más limpios porque lo que dejan es biodegradable.
Esta es la pura verdad y así os la he contado. Y no os cuento la cantidad de travertinos arrancados por los enamorados de lo que no es suyo y es patrimonio de todos.
A veces me siento un poco culpable... pero si no hubiese formado yo parte de esa historia... otro habría sido. Tiempo al tiempo. Todos tenemos una pequeña parte en la historia.