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NARBONETA: NOTAS PARA LA HISTORIA DE NARBONETA (2)...

NOTAS PARA LA HISTORIA DE NARBONETA (2)
Juan Fernández de Feredia (o de Heredia) formaba parte del núcleo de aragoneses íntimos colaboradores y aun amigos de don Fernando de Aragón (el Católico). Amigos que le sirven en el Consejo, que ocupan importantes magistraturas en el reino o que prestan cerca de su persona servicios de gran confianza personal. Casi ninguno de ellos son magnates; todos pertenecen a la clase de caballeros o al patriciado urbano. Muchos son descendientes de conversos, sin que su ascendencia judaica sea óbice para disfrutar la confianza regia. Citaremos a la cabeza de esta relación a los dos primeros vicecancilleres del Consejo, Alfonso de la Caballería, Antonio Agustín, y con ellos a Gabriel Sánchez, a Juan de Coloma, al mismo Juan Fernández de Heredia, a Miguel Pérez de Almazán, a Juan de Lanuza, al mayordomo Cabrero, al secretario Calcena, a Pedro de Urrea y otros. La importancia de este grupo, está en el hecho de que servirían de base a un partido realista aragonés que se desarrollará a lo largo de todo el siglo XVI, en oposición al foralista a ultranza, y que finalmente se impondrá en las Cortes de 1592, tras las borrascas del año anterior, máximo momento del triunfo foralista (*1a).
Juan Fernández no era señor de Moya (sino hijo del señor de MORA (*1b) –un error de Dani al transcribir el texto de Miguel Romero Saíz- (*3).
El sábado 14 de Agosto Juan Fernández se presentó ante las puertas de Moya de 1973 con 200 lanzas y 500 peones (*2) con las cartas de poder que le había entregado la princesa Isabel y príncipe don Fernando, asi como un requerimiento suyo invitándoles a ceptar por señores a los futuros Reyes Católicos. Tiene también poderes de los príncipes para tomar esta villa si se entregaba a ellos, lo mismo que con aterioridad otras lo habían hecho ante semejantes circunstancias.
Con el fin de justificar su conducta Moya señala que acepta a Isabel por señora considerando que desde que esta villa se entregó a principe don Enrique siempre había pertenecido al principado, y que en ese momento la princesa heredera de Castilla era Doña Isabel, la cual había sido jurada como tal por el reino; manifiesta además su esperanza de que de esta forma concluyesen los conflictos a los que hasta entonces había tenido que hacer frente para mantener su independencia con la intención no fuera apartada de la Corona Real. Isabel contesta a esta carta, que le había sido enviada a través de Miguel Vicente, les ruega que tengan confianza en ella, y les asegura que además de guardar sus fueros y privilegios les concederá otras muchas mercedes y les defenderá tal y como ellos se merecen. Moya presta su obediencia a la princesa Isabel el 15 de agosto de 1473, gesto que agradecerá Isabel el día 31 de agosto. (*3)
En 1474 Isabel I (la Católica) escribirá una carta a Juan II de Aragón recomendándole a Juan Fernández de Heredia (*4).
El 1 de julio de 1483 tiene tiene lugar en Albarracín una reunión en la cual el Concejo, con su juez y el procurador de la Comunidad de aldeas, reconocen los privilegios y concesiones reales otorgadas a Juan Fernández de Heredia sobre la jurisdicción y señorío de Gea (también en Teruel).
En 1485 el señor de Gea, Juan Gil Fernández de Heredia y Berdají (o Bardají), contrae matrimonio con Beatriz Ximénez de Urrea, haciéndoles sus padres donación en las capitulaciones, de las villas de Fuendetodos, María, Mora, Alcalá de Mora, Olba, Valbona, Cascante, Valacloche, Tramacastiel, Tormón El Cuervo, Sot, Chiera y Gea. Con este acto, las posesiones de los Heredia (zaragozanas y turolenses, con predominio de las segundas) que habían permanecido separadas desde 1388 vuelven a unirse. Asistió a las Cortes de 1498, en las que fué jurado el Príncipe don Miguel, y a las de 1502, en la que fué jurada la Princesa doña Juana.
Por las pesquisas, mosén Juan Fernández de Heredia, en el reinado de Fernando el Católico fue capitán, señor de Mora y otros lugares, gobernador de Aragón, Castellán de Amposta, prior de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén en Castilla-León, aunque luego fue cesado por el rey.
No hay que confundirlo con el trovador aragonés D. Juan Fernández de Heredia (bajo el reinado de Felipe II), muy estimado en la corte de Aragón y que como inclinado a la escuela de los provenzales, escribió canciones, glosas, esparzas y otras composiciones de este género, entre las que no debe olvidarse la titulada Maldición que face a sí mesmo.
El escudo de los Fernández Heredia llevaba “en campo de gules cinco, (seis o siete torres en las primeras versiones) de oro puestas en sotuer”; ramas de este linaje existieron en las localidades de Tosos, Calatayud, Calatorao, Burbáguena y La Almunia de Doña Godina; a este linaje corresponden los condes de Fuentes y los marqueses de Mora y Cosculluela.

(*1a) Bibliografía: Gran Enciclopedia Aragonesa OnLine
(*1b) Nota: El Castillo de Mora de Rubielos (Teruel), es el Castillo-Palacio de los Fernández de Heredia. Fue habitado por estos desde 1.373 en que fue donado a Juan Fernandez Heredia III “el Póstumo” o “el Noble” hasta el año 1614, momento en que lo cedieron a los monjes franciscanos. Juan Fernández de Heredia (I), Gran Maestre de Rodas y de la Orden de San Juan y fundador de la dinastía, abuelo del anterior, tenía gran relación con la corte papal de Avignon. De los datos se desprende que el Juan Fernandez que se hace referencia en los sucesos de Moya es Juan Fernández Heredia VIII, hijo de Juan Fernández Heredia VII, a cuya instacia el arzobispo de Zaragoza había elevado en 1454 el templo de Mora de Rubielos a Colegiata.
(*2) Bibliografía: Los Reyes Católicos de Luis Suárez Fernández 1889.
(*3) Bibliografía: Isabel La Católica de Val Valdivieso
(*4) Bibliografía: Catálogo general de manuscritos de la Real Academia de la Historia (1910-1912) de Antonio Rodríguez la Villa.