Este
pueblo nació como consecuencia del traslado de la población de Poyos, pueblo de la provincia de
Guadalajara, que en los años 50 fue inundado para construir el
embalse de Buendia. En su origen era la
finca del ¿Marqués? de
Paredes, del que todavía se conserva la
casa grande, muerto sin descendencia, el Estado (Instituto de Colonización) distribuyó las tierras y construyó las casa para los colonos, que no les fueron dadas sino alquiladas a cambio de parte de la cosecha. Al principio fueron alojados en unas casa de pastores, llamadas barracones en un estado deplorable, después se construyó el pueblo, hoy bastante reformado.
Los descendientes del viejo Poyos todos los años acuden en
romería al
pantano de Buendia donde existe una pequeña
ermita construida en recuerdo del pueblo, con un pequeño
cementerio a su espalda donde descansan los fallecidos poco antes del éxodo. Cerrando la provincia de Guadalajara y dando paso a la de
Cuenca. Allí se reúnen todos los años el cuarto domingo del mes de septiembre celebrando una misa, sacando a su
Santos San Roque (el patrón) y San Andrés en
procesión hasta las
ruinas del pueblo recordando su pueblo tan querido, y manteniendolo así vivo con su recuerdo.
Con una casa fuerte y coto redondo de unas dos mil hectáreas era señorío de Teresa Carrillo de Albornoz a quien le viene por su padre Gómez Carrillo- señor de Ocentejo en Guadalajara- parientes de los Carrillo de Huete señores de Priego por su descendencia común de Gómez García señor de Quintana, Ormaza, Mazuelo, y otros lugares en tierra de
Burgos; que se halló en la conquista de Cuenca siendo capitán de las gentes de Burgos en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212.