Poyatos, la serranía de Cuenca más medieval
Cómo llegar a Poyatos
Llegamos a la localidad desde Tragacete por la carretera CM-2201, para después desviarnos en Masegosa cogiendo la CUV-9031. Tras dejar atrás Lagunaseca y Santa María del Val, le tocó el turno a Poyatos. El siguiente y último pueblo por el que pasa esta vía es Fuertescusa. 60 habitantes (INE 2018) conforman una población dedicada, fundamentalmente, a la ganadería, la agricultura y la explotación forestal. Atraviesa su término parte de los 60 kilómetros de recorrido que posee el río Escabas, conocido por el antiguo oficio de los gancheros. Pertenece a la comarca de la serranía Alta de Cuenca.
Apetece subir al norte para visitar la serranía de Cuenca. En concreto, un pueblo que es una auténtica belleza, no solo por su conjunto arquitectónico, sino por el paraje natural en el que se ubica. Poyatos se cruzó con nosotros cuando concluía una intensa jornada de zascandileo. Bendito final de jornada. Nos dejó prendados de principio a fin, probablemente por ese aire medieval que se respira en sus calles.
Cómo llegar a Poyatos
Llegamos a la localidad desde Tragacete por la carretera CM-2201, para después desviarnos en Masegosa cogiendo la CUV-9031. Tras dejar atrás Lagunaseca y Santa María del Val, le tocó el turno a Poyatos. El siguiente y último pueblo por el que pasa esta vía es Fuertescusa. 60 habitantes (INE 2018) conforman una población dedicada, fundamentalmente, a la ganadería, la agricultura y la explotación forestal. Atraviesa su término parte de los 60 kilómetros de recorrido que posee el río Escabas, conocido por el antiguo oficio de los gancheros. Pertenece a la comarca de la serranía Alta de Cuenca.
Apetece subir al norte para visitar la serranía de Cuenca. En concreto, un pueblo que es una auténtica belleza, no solo por su conjunto arquitectónico, sino por el paraje natural en el que se ubica. Poyatos se cruzó con nosotros cuando concluía una intensa jornada de zascandileo. Bendito final de jornada. Nos dejó prendados de principio a fin, probablemente por ese aire medieval que se respira en sus calles.