Se hacía de noche y nos faltaba un largo camino hasta volver a nuestro cuartel general en Horcajada de la Torre, además teníamos pendiente ese refrigerio. Faltaron por ver el molino, el puente medieval o los restos de la ermita de la Virgen de Poyos. Además hay que sumarle un buen paseo por la hoz del río Escabas. Sabemos que no son pocas cosas, por lo que la vuelta está garantizada. Quizás para la fiestas de su patrona, María Magdalena, a finales de julio. Volvimos a por el auto para bajar hasta la calle Cañones y tomar de nuevo la carretera de vuelta a nuestro pueblo.
Nos despedimos de Poyatos en dirección al Camping Serranía (destacar el amabilísimo trato recibido y la ayuda prestada), donde un simpático vecino de la localidad nos invitó a ir y, de este modo, reponer fuerzas para el largo camino de vuelta que nos esperaba. Por cierto, la primera etapa de esta ruta, hasta Cañamares por la carretera CUV-9031, fue espectacular. Los amantes de la conducción nos lo agradecerán. Ese trayecto, siempre a la vera del Escabas, no se nos olvidará en muchos años. Incomparable. Igual que la villa medieval de Poyatos.
Nos despedimos de Poyatos en dirección al Camping Serranía (destacar el amabilísimo trato recibido y la ayuda prestada), donde un simpático vecino de la localidad nos invitó a ir y, de este modo, reponer fuerzas para el largo camino de vuelta que nos esperaba. Por cierto, la primera etapa de esta ruta, hasta Cañamares por la carretera CUV-9031, fue espectacular. Los amantes de la conducción nos lo agradecerán. Ese trayecto, siempre a la vera del Escabas, no se nos olvidará en muchos años. Incomparable. Igual que la villa medieval de Poyatos.