LA COMPRA DE LAS TIERRAS DE TORRELENGUA POR LOS PRIORES DE LA ORDEN DE SANTIAGO ASENTADA EN UCLéS.
Torrelengua tenía para el Priorato de Uclés un doble interés: su emplazamiento en tierras fértiles cercanas al Convento y el tratarse de tierras ya en explotación equipadas con molinos harineros y con dehesa. En algunos documentos de compra, algunos vendedores habian heredado las tierras ya roturadas y explotadas con cultivos diversos.
En el año 1218, la prosperidad que se podía esperar de esas tierras al amparo de la seguridad militar que les proporcionó la victoria de "las Navas", sería motivo importante que llevó a los priores a planear su anexión. De la adquisición de Torrelengua, se ocuparon los priores don Gil González y don Gómez González, que si bien mantuvieron un tenaz enfrentamiento a la dignidad prioral, se mostraron acordes cuando se trató del engrandecimiento de su Señorío. Entre mayo de 1218 y 1228, ambos priores efectuaron catorce operaciones de compra, en total invirtieron en la compra de Torrelengua 876.75 maravedís y dos potros (el maravedí o morabetino, era el nombre de la moneda de cuenta dado en los reinos cristianos al dinar musulmán y se acuñaba en oro, plata o cobre).
Parece cierto que la motivación de la compra de Torrelengua por los priores de Uclés fue muy programada e interesada como lugar de producción agrícola y ganadera (la explotación agrícola fue cuidadosamente manejada como fuente de riqueza), y a la vez, ser utilizada como lugar de reunión del Consejo General de la Orden y como lugar de retiro de freyles viejos y llagados o como lugar de descanso y recreo.
Es posible que la antigua Casa Conventual, que aún existe en Torrelengua, se comenzase a construir en la primera mitad del siglo XIV, una vez que la explotación de las tierras estuviese en buena producción. El edificio actual de la Casa Conventual, del siglo XVI y reconstruído sobre la antigua casa, parece de estilo renacimiento-herreriano, austero y sencillo, es de forma rectangular, sólido, con paredes de piedra, de sillería en los ángulos, y dos plantas; tiene un cláustro con sus arcos y columnas de piedra en la base y una galería que lo rodea en la parte superior; además el recinto tiene una capilla con su coro, una cueva o bodega, un granero y una gran puerta de medera en la entrada (a la cuál corresponde la fotografía superior) que permitiría el paso de carruajes. Adosado al recinto Conventual y en su cara Este, exitían las viviendas de los obreros y las cuadras para los animales de labor o caballerizas; frente a la puerta principal de entrada a la Casa había una huerta de una hectárea, marginada por el río Cigüela, al Sur.
Otras de la explotaciones que aprovecharon los santiaguistas fueron los molinos hidráulicos harineros existentes en el cauce del río Cigüela: Anchuelo, La Vega, Medina, Carralero, Magaceda, Miguelnandos.
Ante este florecimiento y empuje que tomó Torrelengua, sus moradores sin encomendarse a nadie la constituyeron en Villa, nombrando su alcaide, su párroco, etc. (en el año 1743, don Pedro Sancho de Soria era presbítero y alcaide de la Villa de Torrelengua), pero no tardó mucho el Prior de Uclés en anular el título de la Villa, quizá después de recibir el siguiente documento:
".Declarando no ser pueblos los sitios de Torrelengua y Buenameson, propios del Real Convento de Uclés, y por tanto deben gozar exención de contribuciones, soldadas y otras cargas concegiles y personales"
DADO EN TOLEDO 31 DE OCTUBRE DE 1764.
Torrelengua tenía para el Priorato de Uclés un doble interés: su emplazamiento en tierras fértiles cercanas al Convento y el tratarse de tierras ya en explotación equipadas con molinos harineros y con dehesa. En algunos documentos de compra, algunos vendedores habian heredado las tierras ya roturadas y explotadas con cultivos diversos.
En el año 1218, la prosperidad que se podía esperar de esas tierras al amparo de la seguridad militar que les proporcionó la victoria de "las Navas", sería motivo importante que llevó a los priores a planear su anexión. De la adquisición de Torrelengua, se ocuparon los priores don Gil González y don Gómez González, que si bien mantuvieron un tenaz enfrentamiento a la dignidad prioral, se mostraron acordes cuando se trató del engrandecimiento de su Señorío. Entre mayo de 1218 y 1228, ambos priores efectuaron catorce operaciones de compra, en total invirtieron en la compra de Torrelengua 876.75 maravedís y dos potros (el maravedí o morabetino, era el nombre de la moneda de cuenta dado en los reinos cristianos al dinar musulmán y se acuñaba en oro, plata o cobre).
Parece cierto que la motivación de la compra de Torrelengua por los priores de Uclés fue muy programada e interesada como lugar de producción agrícola y ganadera (la explotación agrícola fue cuidadosamente manejada como fuente de riqueza), y a la vez, ser utilizada como lugar de reunión del Consejo General de la Orden y como lugar de retiro de freyles viejos y llagados o como lugar de descanso y recreo.
Es posible que la antigua Casa Conventual, que aún existe en Torrelengua, se comenzase a construir en la primera mitad del siglo XIV, una vez que la explotación de las tierras estuviese en buena producción. El edificio actual de la Casa Conventual, del siglo XVI y reconstruído sobre la antigua casa, parece de estilo renacimiento-herreriano, austero y sencillo, es de forma rectangular, sólido, con paredes de piedra, de sillería en los ángulos, y dos plantas; tiene un cláustro con sus arcos y columnas de piedra en la base y una galería que lo rodea en la parte superior; además el recinto tiene una capilla con su coro, una cueva o bodega, un granero y una gran puerta de medera en la entrada (a la cuál corresponde la fotografía superior) que permitiría el paso de carruajes. Adosado al recinto Conventual y en su cara Este, exitían las viviendas de los obreros y las cuadras para los animales de labor o caballerizas; frente a la puerta principal de entrada a la Casa había una huerta de una hectárea, marginada por el río Cigüela, al Sur.
Otras de la explotaciones que aprovecharon los santiaguistas fueron los molinos hidráulicos harineros existentes en el cauce del río Cigüela: Anchuelo, La Vega, Medina, Carralero, Magaceda, Miguelnandos.
Ante este florecimiento y empuje que tomó Torrelengua, sus moradores sin encomendarse a nadie la constituyeron en Villa, nombrando su alcaide, su párroco, etc. (en el año 1743, don Pedro Sancho de Soria era presbítero y alcaide de la Villa de Torrelengua), pero no tardó mucho el Prior de Uclés en anular el título de la Villa, quizá después de recibir el siguiente documento:
".Declarando no ser pueblos los sitios de Torrelengua y Buenameson, propios del Real Convento de Uclés, y por tanto deben gozar exención de contribuciones, soldadas y otras cargas concegiles y personales"
DADO EN TOLEDO 31 DE OCTUBRE DE 1764.