REFLEXION
Me uno al comentario de Jesús y Fabián; también me ha dolido la tala de árboles. El vínculo de infancia suele ser fuerte por lo que imagino a muchos lamentando el hecho. Esa arboleda era símbolo de un concierto interior que enfoca la vida, esta es ley misteriosa de la escuela. Supongo que, tras la agresión, la coincidencia entre vosotros se volverá más fuerte, con lo que hemos salido fortalecidos.
En La Puebla mi persona sólo recibió atenciones y, para el jardín escolar, todo el apoyo de ese mismo ayuntamiento que ahora lo derriba. Tendrán razones, el tiempo dejará todo claro como suele suceder y, hasta entonces, yo acato sin comentarios. Mi familia y yo tenemos un recuerdo impecable de tantos años. Pero amo a una Puebla abrazada y no partida, con el ardor que ponen aquellos tiempos jóvenes. Podíais organizar un acontecimiento popular con el lema de pueblo unido, yo me apunto, en el que descubramos bajo la Madre de la Misericordia que el último hombre vale más que la mejor idea. Saludos.
Eustaquio Romero Almodóvar
13/10/2009 13:53
Me uno al comentario de Jesús y Fabián; también me ha dolido la tala de árboles. El vínculo de infancia suele ser fuerte por lo que imagino a muchos lamentando el hecho. Esa arboleda era símbolo de un concierto interior que enfoca la vida, esta es ley misteriosa de la escuela. Supongo que, tras la agresión, la coincidencia entre vosotros se volverá más fuerte, con lo que hemos salido fortalecidos.
En La Puebla mi persona sólo recibió atenciones y, para el jardín escolar, todo el apoyo de ese mismo ayuntamiento que ahora lo derriba. Tendrán razones, el tiempo dejará todo claro como suele suceder y, hasta entonces, yo acato sin comentarios. Mi familia y yo tenemos un recuerdo impecable de tantos años. Pero amo a una Puebla abrazada y no partida, con el ardor que ponen aquellos tiempos jóvenes. Podíais organizar un acontecimiento popular con el lema de pueblo unido, yo me apunto, en el que descubramos bajo la Madre de la Misericordia que el último hombre vale más que la mejor idea. Saludos.
Eustaquio Romero Almodóvar
13/10/2009 13:53
La vida del hombre pasa por diferentes etapas. En la adolescencia, nos empezamos a formar y aprendemos a respetarnos. Pero es en la juventud donde nos formamos como personas. Es aquí donde se van mostrando nuestros valores y los transmitimos a las personas que están a nuestro alrededor.
Cuando tenemos a nuestro lado a nuestros padres, familiares y maestros que nos van guiando y nos van corrigiendo, llegamos a la edad adulta, convertidos en personas de bien y preparados para servir a la Sociedad.
Muchas veces guiados por el egoísmo y la hipocresía, nos desviamos de los verdaderos valores humanos y nos convertimos en personas insociables y vanidosas, donde lo único que nos preocupa es aprovecharnos de los demás para poder satisfacer nuestros intereses particulares.
Hace más de cuarenta años, un señor llamado D. Eugenio López y López, tuvo la amabilidad de regalarnos una piscina y un jardín. En este jardín, pusimos su estatua, en agradecimiento al bien que nos hizo.
Ahora, además de destruir el jardín, han enterrado su busto entre el escombro.
Me imagino que lo habrán hecho para que no quede rastro alguno de esos años, que con tanta ilusión vivimos muchos de nosotros.
En la vida, hay personas que han entrado a la escuela, pero la escuela no ha entrado en ellas.
Saludos de Jesús Montealegre.
Cuando tenemos a nuestro lado a nuestros padres, familiares y maestros que nos van guiando y nos van corrigiendo, llegamos a la edad adulta, convertidos en personas de bien y preparados para servir a la Sociedad.
Muchas veces guiados por el egoísmo y la hipocresía, nos desviamos de los verdaderos valores humanos y nos convertimos en personas insociables y vanidosas, donde lo único que nos preocupa es aprovecharnos de los demás para poder satisfacer nuestros intereses particulares.
Hace más de cuarenta años, un señor llamado D. Eugenio López y López, tuvo la amabilidad de regalarnos una piscina y un jardín. En este jardín, pusimos su estatua, en agradecimiento al bien que nos hizo.
Ahora, además de destruir el jardín, han enterrado su busto entre el escombro.
Me imagino que lo habrán hecho para que no quede rastro alguno de esos años, que con tanta ilusión vivimos muchos de nosotros.
En la vida, hay personas que han entrado a la escuela, pero la escuela no ha entrado en ellas.
Saludos de Jesús Montealegre.