Gracias Emigrao por "dedicarme" alguna que otra sonrisa al día ¡Me encanta qué me dediquen sonrisas!
¿Sabes?, te explico un cuento.
Había una vez una chica que pasaba gran parte de su tiempo entre personas a las que les costaba sonreir. Una, especialmente, tenía buen corazón, muchos años encima, y.. algunas cosas más entre éllas un VOZARRÓN que cuando abría la boca para decir buenos días su voz le sonaba como al ogro de los cuentos.
Cuando la chica terminaba su tarea se acercaba "al ogro" y le decía: Señor X, venga, dedíqueme una sonrisa que me la voy a llevar puesta a Barcelona; iré por el metro y por el autobús con la sonrisa que usted me prestará.
¿A Barcelona vas a ir tú ahora? Decía.
Claro, a Barcelona, y me llevo la sonrisa que usted me prestará, y no me la voy a quitar hasta que mañana me preste otra.
"El ogro" bonachón miraba a la chica, y la chica a él, mientras una enorme sonrisa salía de su boca dejando entrever "una mella" en sus dientes que parecía una calabaza de las de Los Santos, pero sin vela dentro.
Gracias señor X, le decía la chica, gracias por su sonrisa.
¡Mi sonrisa, mi sonrisa,! Menuda pieza estás tú hecha, decía, y la chica se iba más contenta que unas castañuelas. Primero, porque había conseguido hacer sonreir a alguien y segundo, por la satisfación de haber hecho los deberes que ese día se había propuesto hacer, y es que los retos si son sencillos, es fácil de llegar a alcanzarlos.
POETA, muy bonitas tus poesías, continúas siendo Poeta por los cuatro costados aunque Emigrao te va a la zaga.
Besos para todos desde Barcelona. Milagros
¿Sabes?, te explico un cuento.
Había una vez una chica que pasaba gran parte de su tiempo entre personas a las que les costaba sonreir. Una, especialmente, tenía buen corazón, muchos años encima, y.. algunas cosas más entre éllas un VOZARRÓN que cuando abría la boca para decir buenos días su voz le sonaba como al ogro de los cuentos.
Cuando la chica terminaba su tarea se acercaba "al ogro" y le decía: Señor X, venga, dedíqueme una sonrisa que me la voy a llevar puesta a Barcelona; iré por el metro y por el autobús con la sonrisa que usted me prestará.
¿A Barcelona vas a ir tú ahora? Decía.
Claro, a Barcelona, y me llevo la sonrisa que usted me prestará, y no me la voy a quitar hasta que mañana me preste otra.
"El ogro" bonachón miraba a la chica, y la chica a él, mientras una enorme sonrisa salía de su boca dejando entrever "una mella" en sus dientes que parecía una calabaza de las de Los Santos, pero sin vela dentro.
Gracias señor X, le decía la chica, gracias por su sonrisa.
¡Mi sonrisa, mi sonrisa,! Menuda pieza estás tú hecha, decía, y la chica se iba más contenta que unas castañuelas. Primero, porque había conseguido hacer sonreir a alguien y segundo, por la satisfación de haber hecho los deberes que ese día se había propuesto hacer, y es que los retos si son sencillos, es fácil de llegar a alcanzarlos.
POETA, muy bonitas tus poesías, continúas siendo Poeta por los cuatro costados aunque Emigrao te va a la zaga.
Besos para todos desde Barcelona. Milagros