TIEMPO DE SOLEDADES:
¡Qué tiempo aquel, aquel lluvioso otoño,
de púrpura los charcos cristalinos
y la aves meciéndose entre trinos
en la robusta copa de un castaño!
Hoy como ayer, mañana como antaño,
las hojas cubrirán cuantos caminos
entrelazan los mundos, sus destinos,
de los que yo me siento como extraño.
Y seré ¡como no! la golondrina,
que surcando los cielos azulados
regresará al desierto blanquecino.
Quedaran en la umbría marchitados
junto a negros frutos de la endrina
las punzantes agujas de algún pino.
El Poeta.
¡Qué tiempo aquel, aquel lluvioso otoño,
de púrpura los charcos cristalinos
y la aves meciéndose entre trinos
en la robusta copa de un castaño!
Hoy como ayer, mañana como antaño,
las hojas cubrirán cuantos caminos
entrelazan los mundos, sus destinos,
de los que yo me siento como extraño.
Y seré ¡como no! la golondrina,
que surcando los cielos azulados
regresará al desierto blanquecino.
Quedaran en la umbría marchitados
junto a negros frutos de la endrina
las punzantes agujas de algún pino.
El Poeta.