ROZALEN DEL MONTE: Roca de la fuente, Empequeñecida Por suspiros de...

Roca de la fuente,
Empequeñecida
Por suspiros de infancia que llenan
El Bedija de lágrimas agostadas de nostalgia.
Campanario y viento entremezclados
Que abaten el silencio de las manos que me mecen hasta dormirme.
Olmos enfermos,
Gangrenada su voz,
Salvan susurros de tormenta
Rebelde y confusa.
Soberbia es mi mirada al rayo
Que se avergüenza ante la tuya.
Rincón oscuro y carcomido,
Harto de vivir en muerte cada día.
Nicho desesperado por gritos de amor y dolor que no cesan.
Por negarse a ser solo odio se calma,
Pero el filo del agua que se escucha, le estremece,
Para matarle aun otro poco
Sin dejarle saber hasta cuando será prolongado
El fin en el que cabalga la esperanza rota.
Cementerio de agonía
Que respira desamores de silencio cada día.
Paz y tormento
Que se clava en la mirada angustiada
Del que arrastra pensamientos y recuerdos
Por no saber perderlos a cada instante.
Saco a cuestas de sollozos, rezos y sonrisas.
Susurros, miradas y reproches
Enquistados en cada rincón,
Cobardes,
Hartos de justificar los gritos que hay al otro lado del muro de tiempo desorientado.
Hogar, perdido,
Irreconocible ya para siempre.
Pasillo oscuro de inviernos tenebrosos
Que se cierran a tu espalda
Sin dejar que te gires para mirar como eras antes.
Solo me deja seguirte.
Pero ya no es suficiente
Carlos J. Jordán.