A dos kilómetros del pueblo y a tan solo tres en línea recta de la monumental Villa de Uclés, se esconde entre los cerros de la Sierra de Santa Quiteria este capricho de la naturaleza capaz de dejar atónito al ingenuo caminante forastero que ve, de forma súbita, como se corta el terreno a sus pies con un salto que oscila entre los 3 y los 7 metros de altura. Infravalorado por los lugareños y absolutamente desconocido fuera del terruño, permanece olvidado este hermosísimo paraje, donde escuchar el silencio, con la venia de la brisa y de los pájaros, resulta posible. La quietud y el reposo alcanzan en este rincón alcarreño su máxima plenitud, donde la posibilidad de toparnos con otra persona y la de ser atropellados por un 'rinoceronte con paperas' son casi casi las mismas.
MAC.
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