La
Cruz de Humilladero originaria de la
ermita de Cruz Cerrada es una de las joyas que se pueden admirar en el interior de la
parroquia. De autoría desconocida, ha dado lugar a numerosas leyendas sobre su llegada a la villa y entre sus posibles autores se barajan escultores de la talla de Benvenuto Cellini o Diego de Siloé.