Me gustaría, antes de morir, ver esta Hontanilla arreglada. Era nuestra lavadora, para todas las mujeres del
pueblo. Allí nos juntábamos y charrábamos de nuestros pretendientes. Parece que por unas cosas y otras, unos alcaldes y otros, está abandonada. Tenemos muy buenos recuerdos de cuando corría ese chorro de
agua, del que bebíamos, y aunque ahora no se pueda beber, me gustaría verla correr, a mí y a mucha gente del pueblo como yo. Carlos y José: venga, hacedme caso, veréis lo que os vamos a querer.
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