Lo mejor de Sotoca son sus gentes, sin duda alguna. El pueblo y sus alrededores tienen encanto, te resulta familiar nada más verlo. Yo llevaba tiempo retrasando la visita, muchos años, desde que iniciamos la amistad con la familia Martínez. No recuerdo las veces que pudo decirnos Daniel que teníamos que ir a su pueblo a mi hermana y a mi, fueron muchas, pero mira por donde, fue al conocer a su hermano Pedro y a mi amiga Anita que por fin vi Sotoca. Me encanta poder decir que con sólo dos tardes de ... (ver texto completo)