El Jueves Lardero (del latín "lardum": tocino) da comienzo a la Cuaresma, de ahí su nombre: consistía en hacer hambre caminando para después darse un atracón de carne, chorizos, tocino, etc, antes del periodo de privación. En todo Jueves Lardero que se precie no pueden faltar las "
hojuelas" (llamadas "tortas" en otros lares manchegos) para merendar, que algunos acompañaban con chocolate. Precede o se asocia con el
Carnaval,
fiesta que también se relaciona con los excesos previos a la Cuaresma.
Aunque no parece remontarse mucho más allá de mediados del siglo XIX, LA
DANZA es uno de los principales valores etnográficos de
Tresjuncos. Sobria, pero no carente de vistosidad; ruda y agraria, pero a la vez refinada y pulcra.
Bailes como El Arado, Las Cintas, Jotas, etc, resumen el ser y el sentir del espíritu castellano-manchego.
Los Mayos, tiene un origen remoto y esconden una celebración pagana. Son característicos de regiones del interior en las que la
primavera llega tarde. Representan el culto a la primavera; a la fertilidad y fecundidad de los
campos y las mujeres tresjunqueñas. Son un canto a la belleza natural y a la explosión de la vida.
Las Luminarias o también "Iluminarias" (término aceptado por la RAE), son
hogueras de
invierno que simbolizan el fin del ciclo agrario y el comienzo del nuevo ciclo del cereal. Significan la renovación, la eliminación del desecho, la pureza. Para la Purísima el que no había sembrado el cereal, ya estaba a punto de terminar.
La
Matanza no difiere mucho de las modalidades descritas para el resto de
España. Tan sólo decir que antiguamente, en algunas
casas, el gorrino se chuscarraba quemando aliagas. Los perniles de antaño eran adobados con pimentón, curados en la cámara (invierno) y conservados en
cueva (
verano).
Job