Estas
ruinas fueron en su día la
casa del
médico. Antiguamente era el municipio quien debía sufragar los gastos de atención sanitaria. Así en 1825, disponer de un facultativo que atendiera a nuestra población llegaba a costar 200 ducados al año. Los desplazamientos de
pueblo en pueblo eran realizados a
caballo, el medio de transporte más rápido hasta la llegada del automóvil.
Job.