Con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho. ¡madre! ¡ya no quiero mas forro!
¡ahora quiero gachas con forro! El otro día me las arreé yo. Mirando las gachas te dan ganas de que se ponga a llover a mares para sentarte a la mesa, "arrimado" a la lumbre, y ponerte las botas con unas buenas "mojadas" de ellas, mientras ver caer agua a cántaros.