Para el furtivo:
La evolución ya no se rige por la selección natural, querido amigo, sino por la selección artificial que el hombre ha impuesto: hoy no se selecciona la simiente del trigo que más produce: hoy se crea esa simiente en un laboratorio genético. La ingeniería genética no se da en la naturaleza más que al azar, y recibe el nombre de mutacion. El hombre ha adelantado millones de años los efectos de las mutaciones, lo cual no puede ser considerado natural.
Es cierto que se han extinguido miles de especies, pero debido a cambios del medio, tan rápidos, que las especies afectadas no han tenido tiempo de adaptarse: meteoritos descomunales, enfriamento generalizado de la atmósfera, anegación de la superficie terrestre por deshielos bruscos, etc...
Pocas especies, salvo el ser humano han sido responsables de la desaparición de otras especies. Por ejemplo: el águila real no puede extinguir al conejo, porque cuando desaparezca el conejo, desaparecerá ella también, ya que a base de ratones no se puede volar tan alto. Sin embargo, si se lo propone, el hombre puede extinguir al águila y al conejo. Esto tampoco es natural, porque no lo hace para comer, sino para desfogarse, pues vive amargado en su jaula de hormigón.
Ninguna especie se autodestruye, salvo el ser humano. El suicidio en el reino animal sólo se da en caso de superpoblación: vease los lemmings de la tundra nórdica. Sin embargo en la especie humana el suicidio y el homicidio están a la orden del día. Es muy raro que un león mate a un congénere, mientras que en el ser humano lo raro es que no se maten unos a otros.
El ansia por la eternidad del ser humano es lo más animal que existe en él: todas las especies quieren perpetuarse. Ese ansia es el motor de la vida. Por tanto, no hay nada que reprocharle al ser humano en este sentido. En eso es igual que el resto de especies, salvo que quiere perpetuarse a costa de todas ellas, sin pensar que aquí no cabemos más de los que la tierra puede alimentar. Ese multiplicarse a costa de todos los demás seres vivientes es lo que nos está acercando cada vez más al fin.
La veda del ser humano ha sido abierta, es verdad, pero por el ser humano: la evolución ha finalizado con el hombre: irá extinguiendo especies, hasta que sólo quede el, lo cual será su fin.
La evolución ya no se rige por la selección natural, querido amigo, sino por la selección artificial que el hombre ha impuesto: hoy no se selecciona la simiente del trigo que más produce: hoy se crea esa simiente en un laboratorio genético. La ingeniería genética no se da en la naturaleza más que al azar, y recibe el nombre de mutacion. El hombre ha adelantado millones de años los efectos de las mutaciones, lo cual no puede ser considerado natural.
Es cierto que se han extinguido miles de especies, pero debido a cambios del medio, tan rápidos, que las especies afectadas no han tenido tiempo de adaptarse: meteoritos descomunales, enfriamento generalizado de la atmósfera, anegación de la superficie terrestre por deshielos bruscos, etc...
Pocas especies, salvo el ser humano han sido responsables de la desaparición de otras especies. Por ejemplo: el águila real no puede extinguir al conejo, porque cuando desaparezca el conejo, desaparecerá ella también, ya que a base de ratones no se puede volar tan alto. Sin embargo, si se lo propone, el hombre puede extinguir al águila y al conejo. Esto tampoco es natural, porque no lo hace para comer, sino para desfogarse, pues vive amargado en su jaula de hormigón.
Ninguna especie se autodestruye, salvo el ser humano. El suicidio en el reino animal sólo se da en caso de superpoblación: vease los lemmings de la tundra nórdica. Sin embargo en la especie humana el suicidio y el homicidio están a la orden del día. Es muy raro que un león mate a un congénere, mientras que en el ser humano lo raro es que no se maten unos a otros.
El ansia por la eternidad del ser humano es lo más animal que existe en él: todas las especies quieren perpetuarse. Ese ansia es el motor de la vida. Por tanto, no hay nada que reprocharle al ser humano en este sentido. En eso es igual que el resto de especies, salvo que quiere perpetuarse a costa de todas ellas, sin pensar que aquí no cabemos más de los que la tierra puede alimentar. Ese multiplicarse a costa de todos los demás seres vivientes es lo que nos está acercando cada vez más al fin.
La veda del ser humano ha sido abierta, es verdad, pero por el ser humano: la evolución ha finalizado con el hombre: irá extinguiendo especies, hasta que sólo quede el, lo cual será su fin.
