Reflexiones sobre la agricultura:
Estoy de acuerdo en que el sector agrario no debe regirse sólo por las leyes del mercado, pero no es menos cierto que tampoco se puede subvencionar eternamente.
A mi entender, la ruina actual de la agricultura se debe a la intensificación de los cultivos. Esterilizando industrialmente el campo con fertilizantes y plaguicidas se incrementa la producción, en efecto... pero provocando un automático descenso de los precios. Cuanto más se produce, menos valor tiene.
Las tierras, esquilmadas por no quedarse nunca en barbecho, necesitan cada vez más abono para alcanzar la misma producción. Cuanto más abono, más agua es necesaria... pero resulta que el abono cada vez es más caro y las precipitaciones cada vez más escasas.
¿No creéis que ha llegado el momento de volver a la agricultura tradicional?
Está claro que industrializar el campo sólo ha traído la ruina: en Tresjuncos hay cada vez menos agricultores, y por tanto menos gente. Y todo a pesar de los "avances" agrícolas de las ultimas décadas (tractores, abonos, fitosanitarios -venenos puros y duros-, concentración parcelaria, etc...).
No sólo hay menos gente... también hay menos fauna silvestre, menos caza, menos insectos, menos flores, menos lluvias, etc... ¿Quien se atreve a beber hoy de las Hontanillas? Pensad en la cantidad de nitritos que tendrá el agua procedentes de los abonos, además de los letales compuestos organoclorados -insecticidas-, potencialmente cancerígenos.
Quien pretende vivir del campo no puede maltratarlo como se está haciendo:
- Un leñador jamás talaría el bosque entero, porque de él depende su sustento; es más, debería plantar más árboles para asegurarse el futuro.
- Un cazador sabe que cada perdiz que mata hoy, es una docena menos para mañana.
Estoy de acuerdo en que el sector agrario no debe regirse sólo por las leyes del mercado, pero no es menos cierto que tampoco se puede subvencionar eternamente.
A mi entender, la ruina actual de la agricultura se debe a la intensificación de los cultivos. Esterilizando industrialmente el campo con fertilizantes y plaguicidas se incrementa la producción, en efecto... pero provocando un automático descenso de los precios. Cuanto más se produce, menos valor tiene.
Las tierras, esquilmadas por no quedarse nunca en barbecho, necesitan cada vez más abono para alcanzar la misma producción. Cuanto más abono, más agua es necesaria... pero resulta que el abono cada vez es más caro y las precipitaciones cada vez más escasas.
¿No creéis que ha llegado el momento de volver a la agricultura tradicional?
Está claro que industrializar el campo sólo ha traído la ruina: en Tresjuncos hay cada vez menos agricultores, y por tanto menos gente. Y todo a pesar de los "avances" agrícolas de las ultimas décadas (tractores, abonos, fitosanitarios -venenos puros y duros-, concentración parcelaria, etc...).
No sólo hay menos gente... también hay menos fauna silvestre, menos caza, menos insectos, menos flores, menos lluvias, etc... ¿Quien se atreve a beber hoy de las Hontanillas? Pensad en la cantidad de nitritos que tendrá el agua procedentes de los abonos, además de los letales compuestos organoclorados -insecticidas-, potencialmente cancerígenos.
Quien pretende vivir del campo no puede maltratarlo como se está haciendo:
- Un leñador jamás talaría el bosque entero, porque de él depende su sustento; es más, debería plantar más árboles para asegurarse el futuro.
- Un cazador sabe que cada perdiz que mata hoy, es una docena menos para mañana.