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TRESJUNCOS: Querida Soledad:...

Querida Soledad:

¡Desde la distancia te saludo!

Te contaré otra historia real (y que el que no quiera leer mis cuentos que pase el mensaje, es fácil; puesto que son aburridos).

Hace unos 150 años vino a torear a Tresjuncos un torero valiente como nadie. Se arrimaba mucho a los morlacos y no le importaba el riesgo que suponía tamaña osadía.

En uno de los lances, el torero fue cogido gravemente por el astado. Con la mala fortuna que en lugar de quedar como Julio Aparicio en la reciente cogida de las Ventas con una herida en la tráquea, fue el ojo el lugar del impacto. Dejó al descubierto la oquedad de su glóbulo ocular y quedó prendido de un hilo.

Con una valentía sin límites, el osado torero se arrancó lo que quedaba del ojo y lo tiró al Publico diciendo: “Despojos fuera”. Siguió toreando y mató a la bestia sin pestañear (nunca mejor dicho).

La gente lo recordó durante mucho tiempo, pero luego pasó al olvido como otros grandes héroes.

Desde entonces a este torero se le conoció como Despojos.

Nota:

Este tipo de toreros son los que a mí me gustan, atrevidos, osados. Que no se ponen fuera de cacho. Ni meten el pico. Ni cuando tienen que dar la cara se esconden.

Por eso, desde aquí saludo a lo valientes, a los que no traicionan sus obligaciones ni sus compañeros, a los que no utilizan las ventajas para dar leña a diestro y siniestro, o ridiculizan a la gente de bien.