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TRESJUNCOS: Hola anabel,...

Hola anabel,

JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA
DISCURSO PRONUNCIADO EN CACERES EL 4 DE FEBRERO DE 1934

EL CAPITALISMO Y LOS OBREROS
Pero esto tiene sus raíces en el liberalismo, cuya máquina es el Parlamento; el liberalismo seguido siempre por los señoritingos
que lo cultivaban artificiosamente, como exclusivo de las castas superiores.
El liberalismo fue así desde su principio. Nació y lo pusieron en moda con sus doctrinas el señoritismo brillante del siglo XVIII,
los petimetres que hablaban de liberalismo y de nivelación social para entretener sus ocios con las duquesas en los elegantes salones
en sus medios artificiales. Proclamaban la libertad del trabajo como un sarcasmo más; pero el capitalismo, mientras,
acumulaba formidables fortunas y numerosas fábricas, lanzaba a la desesperación a millones y millones de seres cuyo fin ineludible era:
o la muerte por hambre o el trabajo por jornal mísero.

Se refiere a las leyes de este liberalismo, que mientras encumbraba a unos sumía en la más horrenda desesperación a los obreros,
que no podían llevar a su casa lo necesario para la vida de sus familias ni lo suficiente para aquellos niños, famélicos,
de aspecto espeluznante, comidos por la anemia y la tuberculosis, y carentes en absoluto de cuanto significa civilización.
Y este estado de cosas hizo revolucionarse a los obreros, porque, además, eran libres a los ojos de la ley.

SURGE EL SOCIALISMO
Y como esto no podía seguir, así surgió el socialismo para reivindicar al obrero.
Nosotros tenemos también de común con el socialismo el querer mejorar la suerte del proletariado.
El socialismo era en un principio algo místico, algo sentimental, algo que suponía una especie de renunciación espiritual.
Pensaron que estos obreros hambrientos eran sus hermanos; pero... si los primeros socialistas fueron señoritos, casi unos poetas...

Lo QUE QUIERE FALANGE ESPAÑOLA
Nosotros, la Falange Española, quiere dos cosas:
Primero, una justicia social, que no se nos conceda como regateo; una justicia social que alcance a todos,
puesto que para nosotros no hay clases, ya que hasta la misma aspiración de los obreros no es aspiración de ellos únicamente,
sino aspiración total de España, porque España lo quiere; y, en y segundo lugar, queremos tener una nación, puesto que hoy no la tenemos.
Y una de dos: o imperamos o languidecemos. Acaso habría que preguntarle a los demás; pero no a vosotros, extremeños,
que elocuentemente me contestaríais mostrándome la estatua de Pizarro, que aún cabalga en Trujillo.
(F. E., núm. 6, 8 de febrero de 1934)

dime si un socialista puede identificarse con este discurso.
saludos