Me sumo a la opinión de barmaceutico:
Desde el punto de vista estrictamente histórico, es dolorosamente injusto equiparar un alcalde elegido democráticamente por sufragio, como lo fue Rufo Moya, con otro designado por un gobernador franquista, a su vez nombrado por un sanguinario dictador.
Nadie pone en duda la filantropía ni la bonhomía del señor Pedro Moral, cuya familia goza del cariño y respeto de prácticamente todos los Tresjunqueños, pero es una flagrante injusticia histórica equipararlo con Rufo. Si bien a nivel personal podrían ser "iguales", no puede decirse lo mismo desde el punto de vista historiográfico.
Las circustancias en que uno y otro alcanzaron la alcaldía no se pueden comparar, como tampoco tienen el mismo mérito evitar muertes en plena guerra y mantener el "orden" y la "armonía" bajo la siniestra sombra del tricornio.
La derecha siempre ha presentado La Guerra Civil Española como algo inevitable, como el choque entre la ideología porgresista y la ideología conservadora... idea romántica pero alejada de la realidad. La guerra fue la defensa de la democracia y las libertades frente al totalitarismo militar de corte fascista, apoyado por una minoría económicamente muy poderosa, ni más ni menos.
En cualquier caso corresponde al pleno decidir si estas dos personas merecen el mismo trato. Quizás Pedro Moral obtenga ahora del Ayuntamiento la legitimidad que le faltó en su día, pues nadie hasta la fecha ha puesto en duda su valía ni su buen hacer.
Para ser justos conviene recordar que si hoy Rufo Moya goza de la admiración de la mayoría de los tresjunqueños, es en gran parte debido a la labor de divulgación que hizo JAVIER MORAL, hijo del susodicho Pedro.
Desde el punto de vista estrictamente histórico, es dolorosamente injusto equiparar un alcalde elegido democráticamente por sufragio, como lo fue Rufo Moya, con otro designado por un gobernador franquista, a su vez nombrado por un sanguinario dictador.
Nadie pone en duda la filantropía ni la bonhomía del señor Pedro Moral, cuya familia goza del cariño y respeto de prácticamente todos los Tresjunqueños, pero es una flagrante injusticia histórica equipararlo con Rufo. Si bien a nivel personal podrían ser "iguales", no puede decirse lo mismo desde el punto de vista historiográfico.
Las circustancias en que uno y otro alcanzaron la alcaldía no se pueden comparar, como tampoco tienen el mismo mérito evitar muertes en plena guerra y mantener el "orden" y la "armonía" bajo la siniestra sombra del tricornio.
La derecha siempre ha presentado La Guerra Civil Española como algo inevitable, como el choque entre la ideología porgresista y la ideología conservadora... idea romántica pero alejada de la realidad. La guerra fue la defensa de la democracia y las libertades frente al totalitarismo militar de corte fascista, apoyado por una minoría económicamente muy poderosa, ni más ni menos.
En cualquier caso corresponde al pleno decidir si estas dos personas merecen el mismo trato. Quizás Pedro Moral obtenga ahora del Ayuntamiento la legitimidad que le faltó en su día, pues nadie hasta la fecha ha puesto en duda su valía ni su buen hacer.
Para ser justos conviene recordar que si hoy Rufo Moya goza de la admiración de la mayoría de los tresjunqueños, es en gran parte debido a la labor de divulgación que hizo JAVIER MORAL, hijo del susodicho Pedro.