Al construirse la actual
iglesia (1602) los sepulcros existentes en la iglesia de Santiago fueron reubicados en un subterráneo de la misma, al cual se bajaba por una
escalera de ochenta escalones que había en una
capilla debajo del
coro. Asimismo, es posible que los sepulcros fueran destruidos durante la Guerra de la Independencia, cuando el
Monasterio de
Uclés fue desvalijado por las tropas francesas.