La riqueza
monumental de Valera ha sido escasa, pero todavía mucho más menguada con el paso de los siglos. El
palacio de los marqueses de Valera, arruinado y posteriormente derribado es un buen ejemplo, del que solo se conserva el polvorí, llamado por los valerosos "ermitilla", como una
ermita pequeña que es lo que es ahora. Fueron ocho las
ermitas que llegó a tener Valera en sus mejores momentos. Otros pueden ser los dos
conventos que se situaron en el siglo XVI, el de carmelitas conserva su
iglesia, el de franciscanos, expoliado en repetidas ocasiones durante el siglo XX, las paredes de su basílica, de propiedad privada.