las autoridades, y como no, los sacrificios litúrgicos, ¿habrá pólvora? o ¿habrá novillos?, ¿vendrá de nuevo aquel elocuente pregonero de la
fiesta traído de la redacción de periódico capitalino?, y que tan velozmente habla de cosas tan bonitas que nadie entiende ni recuerda.
¿Cambiarán los músicos? ¿Habrá pólvora o habrá novillos?, ¿Vendrá orador capitalino?, Todo esto es pasajero y cambiante, pero por
tradición arraigada en el alma de los vecinos, sean fieles y piadosos creyentes, tibios, agnósticos
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